- Muchacho, eh muchacho. Súbeme un saco de carbón, por favor.
- Al momento, Miss Dolly.
- Has llegado pronto. Toma chico es para ti.
- ¡Uauuu! Gracias, Miss Dolly, es usted muy generosa.
- Oye, hace días que vienes por aquí y quiero hacerte una pregunta. ¿Eres hijo de mi amiga Mayann? La conocí hace mucho tiempo en Perdido Street. Ella, bueno, ella era...amiga mía.
- No se preocupe, sé a que se dedicaba mi madre en Perdido Street.
- Así son las cosas. Lo tenemos muy mal los negros pobres.
- Conmigo no pasará lo mismo.
- ¿Te vas a hacer predicador, acaso?
- Mucho mejor: sé tocar la corneta. Entraré en una banda y me haré famoso.
- Eso no es muy seguro, hijo. Muchos músicos han acabado de chulos en este barrio o incluso pidiendo por las calles. Es todo tan triste.
- Yo traeré la alegría a estas calles, Miss Dolly.
- Te veo con mucha fe, chico. Por cierto, si vas a ser famoso ya es hora de que conozca tu nombre. ¿Cómo te llamas, muchacho?
- Llámeme Lou, el hijo de Mayann, su amiga. Con que diga eso es suficiente.
dominik lash, ricardo tejero
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dominic lash, contrabajo; ricardo tejero, saxo.
juan sebastian bar. huesca. 8 junio 2012.
Hace 25 minutos
Lo bueno si breve... Maravilloso, entrañable y encantador relato!!!
ResponderEliminarMe ha encantado!
Un abrazo. Feliz Año para ti también!!!
Gracias.
ResponderEliminarFeliz año