6 jul 2009

Más allá del fenómeno


"Petrucciani tenía una enfermedad muy rara, se llama huesos de cristal. Su abuelo era napolitano, y en el infierno de su condición encontró la belleza, la fuerza para ser mejor. Fue capaz de crear algo único. No como un freak que tiene éxito; era independiente de su estado físico. No era un fenómeno de feria. Escuchas un disco suyo y notas un talento infinito. El infierno mejoró su talento, le empujó a ser mejor. Tenía siempre alrededor un montón de mujeres, decía que le dejaban porque las engañaba. Estaba lleno de vida y era un ser monstruoso. Tuvo un hijo y le contagió la enfermedad. Explicó que él había tenido una vida maravillosa y no tenía porqué impedirle vivir una vida semejante. Hay un vídeo en Youtube en el que su hijo toca el piano sentado en sus rodillas. Es como si hicieran el amor solo que en público.

P. ¿Y él cómo tocaba el piano si sus huesos se rompían?

R. Desde el parto vivió con el cuerpo enyesado, todo salvo las manos. Por eso entendió que tenía que hacer algo con las manos. Su abuelo le enseñó a tocar la batería. Luego se fue a América, a una comunidad hippie, y era el enano que todos usaban para los juegos eróticos. Empezó a tocar el piano y un día se encontró con el saxofonista de Keith Jarrett, que había dejado la música y era cartero. Tocaron juntos, hicieron un disco mítico que cambió la percepción del jazz. Luego se murió de una pulmonía. Al romperse tantas veces la caja torácica, tenía los pulmones llenos de cicatrices. Es una historia increíble. Le miras y piensas que no tiene nada que ver con la belleza. Lo escuchas y entiendes cómo transforma lo que es en belleza."

(ENTREVISTA A ROBERTO SAVIANO EL PAIS - 30/06/09)



No, lo siento, pero me niego a suscribir ese comentario de Roberto Saviano sobre el excelso pianista. Creo que es poco riguroso y demasiado efectista aún tratándose exclusivamente de un fragmento de la entrevista que se hace al autor napolitano después de haber publicado su último libro.
Petrucciani no aceptaría que lo tomasen como un fenómeno de la naturaleza ni que lo tomasen como modelo de superación, aunque él mismo hubiera tenido que superar las pruebas más duras a las que se puede someter un hombre que nació y vivió enfermo. El hubiera querido que únicamente lo valorasen como músico de jazz. Un pianista de jazz incomparable, que forma el tercer vértice de ese triángulo singular en el que habría que colocar también a Bill Evans y a Keith Jarrett. Es verdad que lo pasó mal, pero fue salvado por el poder de su arte y el escandaloso prodigio de sus poderosas manos. Más allá de la mitología enternecedora, lo realmente importante en este caso es su música cautivadora y envolvente. Así lo pienso yo.

22 comentarios:

  1. Fantástico Dr. Krapp, coincido contigo cuando dices que forma el tercer vértice de ese triangulo pianístico, pero creo que “Petruche” era una mezcla de la delicadeza de Bill Evans, la irreverencia de Thelonious Monk, la rapidez de Art Tatum, el sonido percusivo de Ahmad Jamal y el arte de la improvisación de Keith Jarrett. En el video que subes hay un momento mágico cuando este gigante francés explica que cuando improvisa piensa en colores.

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  2. Puestos a poner nombres, mi querido Krapp, nos podemos quedar solos, pero puestos a poner las manos sobre el piano y que suene algo “diferente” y entre nosotros no es necesario explicar ese término… hay un abismo.
    Y una vez que coincidimos en el “diferente” también será necesario un “recorrido”, una lista de grabaciones y actuaciones, de compañeros de viaje, que hacen singular al individuo.
    Y en el “diferente” y en el “recorrido” coincido en que Petrucciani se acerca, se acerca, a Bill Evans y que Jamal es un buen compañero de partida. Una vez hecho el “grupete” uno se pregunta que dónde demonios está Peterson, el Sr. Powell o Phineas Newborn que seguirá siendo un desconocido, o alguno más, seguramente alguno más. Y no mencionamos a Monk porque su mundo es otro universo. Lo que nunca he llegado a entender son las excelencias de Keith Jarret o si está a la altura de los anteriores “bichos”.

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  3. Alguien en circunstancias tan peculiares, estaría acostumbrado a que la gente sacase a relucir esa particularidad, además de su arte.

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  4. Escuché un disco de Petrucciani ("Promenade with Duke")mucho antes de enterarme por un documental en el cable sobre su degeneración ósea, Doc. Algo pasó, no se qué, pero cuando pude, adquirí el disco y de vez en cuando me voy de paseo con él, como lo haré uno de estos días, sólo que con el agregado de estos "bichos" a la "troupé" (-) el saxofonista de Jarret que yo tampoco entiendo que hace allí.

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  5. Elegí a Jarrett y a Bill Evans, Nicolas, ya que él mismo los tomaba como su mayor influencia junto a Duke. ¿Qué tienen en común estos tres pianistas? Yo creo que un parecido sentido melódico que bebe además de la tradición del jazz, de los grandes compositores románticos: Schubert, Chopin, Liszt...
    Monk, Jamal o Tatum son para mi tres monstruos que están más cerca de la tradición del blues y del clasicismo musical americano.

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  6. Saludos, Doc. No cabe duda de que Evans es una influencia importante en la música de Petrucciani. Y cuando uno es distinto por alguna causa, siempre corre el riesgo de aparecer como un fenómeno de feria, y que no se tome en serio su música.

    Este, más que fenómeno es un noúmeno. Música pura, independiente de cualquier representación o forma.

    Salud.

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  7. Para mi, Petrucciani nace hoy, igual que otros... Sin duda lo había escuchado ya, pero sin nombre, sin historia...

    Descubrir cada día algo nuevo que valga la pena es lo mejor que nos puede suceder.

    Gracias, Dr.!

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  8. Me gustaría profundizar más en Michel Petrucciani. Recomiéndame un buen disco suyo.

    No lo he visto nunca ni en directo ni en vídeo, es la primera vez. Me he quedado bastante asombrada, la verdad.

    Un beso!

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  9. Podríamos poner todos los nombres que uno considerase, Félix ¿Por qué no Tristano, Chick Corea, Pieranunzi o Fatha Hines? Cualquier agrupación subjetiva tiene cierta dosis de aleatoriedad.
    Creo en las excelencias de Keith Jarrett y no sólo en sus famosos conciertos alemanes en solitario. Creo que es un músico rotundo e importante y uno de los que más ha luchado para que avanzase este género musical.

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  10. La costumbre no nos libera del sentimiento de desdicha cuando va acompañado de la conmiseración por nuestras enfermedades o defectos, Tesa.

    Buen disco ese, Armando. Hace un recorrido hermoso y atento a la obra de Ellington. Fue Duke el que le influyó para tocar el piano, viendo un día un documental de él en la TV. El saxofonista de Jarrett era Charles Lloyd, creo.

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  11. Me encanta esa expresión de noúmeno referida a Petrucciani, Troglo. Creo que esa desintegración del ser en la música debe ser como una especie de maravillosa liberación cuando la vida te ha entregado un cuerpo con el que apenas puedes hacer nada, solo tocar y tocar usando la única parte de tu cuerpo que ha salido indemne de la adversidad.

    Gracias, Borraeso, es una cosa muy hermosa lo que has escrito: el conocimiento de algo nuevo es un forma de renacimiento.

    Hoal Esther, un buen disco es el que citó Armando: "Promenade with Duke" del año 1992, pero hay otros, como uno con Shorter y Jim Hall titulado "Power of Three" del año 1986 que merece mucho la pena.

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  12. Yo llegué a conocer su música por un amigo, pianista también, que me recomendó muy vivamente varios discos suyos. la onda era un poco "fusionera" pero la verdad es que levantaban el ánimo. Después conseguí Power of three, animado por la calidad de Jim Hall y Wayne Shorter. Es un disco de los que se ponen en momentos muy determinados, digamos que cuando uno está permeable y con las antenas desplegadas

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  13. esther, los videos de petrucciani la verdad es que son impactantes. y discos que esten bien los hay a montones. ademas no dificiles de conseguir. de las últimas ediciones te recomendaria el doble del complete concert in germany a piano solo.

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  14. !que arte!...esa mano izquierda marcando el compás, poniéndose bien las gafas, la camisa...y al final...cierra el piano....jo, !que arte!
    Este tema es todo un clásico ¿verdad?, lo confundí con otro de Mingus...

    ...lo del ser monstruoso no me ha gustado...nadie, haciendo esta música con tal claridad sonora, con transparencia y sensibilidad, nadie puede ser monstruoso (sea cual sea su físico, enfermedad, o lo que sea)
    ((hay mucha gente a la que solo le mueve el -morbo- y olvidan o dejan de lado lo principal...el SER))

    un fuerte abrazo

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  15. 335, para mí el disco Power of Three ofrece un diálogo hermosísimo entre la guitarra y el piano en una atmósfera relajada que te proporciona mucha paz espiritual. Si Petrucciani está bien como siempre, Jim Hall se sale. Wayne Shorter solo interviene en algunos temas. La versión de "In a sentimental mood" es realmente memorable.

    Un disco, Artal, casi de homenaje a aquellos tan famosos de Jarrett

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  16. Tampoco me gusta a mi ese visión de Petrucciani por parte de Saviano. Es sensacionalista y caricaturesca para buscar nuestra reacción, Lola.
    El tema es uno de los clásicos de Ellington, Caravan, en cuya composición participó Juan Tizol.

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  17. Dr.Krapp, tan solo quiero aportar con el relato de una situación anecdótica que vivió Petrucciani, y que leí de algún libro o revista(no recuerdo cual en este momento).
    Petrucciani estaba en New York para realizar algunas presentaciones, y una noche decidió ir a un club de jazz junto con alguno de sus músicos. Una vez en el club, y sentados en una mesa, uno de los músicos tomo a Petrucciani y lo sentó en sus rodillas para que tuviera mejor vista de los músicos que tocaban. A los pocos minutos llega uno de los mozos y le dice al músico que tenía a Petrucciani, "aquí no se admiten niños", el músico le baja el capuchón que cubría la cabeza de lo que aparentaba ser un niño y le dice al mozo, es Michel Petrucciani. Obviamente, que rápidamente todo el público se enteró de aquello y Michel terminó tocando con los músicos locales, provocando una euforia colectiva.
    Saludos,

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  18. Me encanta esa anécdota, Hector y habría que ponerla en relación con aquella otra, quizás pura leyenda, que comentaba que su representante lo metía dentro de un baúl al principio de su carrera para ahorrarse un dinerillo en las habitaciones de hotel.

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  19. Confieso que la historia de este personaje y la contemplación de su imagen me han impresionado y conmovido, pero el llamamiento que haces, en su nombre, para apreciarlo sólo ocmo músico me parece justo, acertado y educativo. Aunque cueste separar lo uno de lo otro, no tengo la menor dudad de que es un pisanista virtuoso.

    Bella lección ética, Dr. Krapp

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  20. Muchas gracias, Luis. Esta clase de personas "especiales" son solo carnaza para los medios generalistas que les importa bastante poco lo que realmente importa de ellos: su obra.
    Es un poco triste que esas palabras vengan de un hombre como Saviano al que tengo especial predilección desde que leí Gomorra, la obra que le ha hecho triunfar y vivir perpetuamente amenazado.

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  21. Tiene Vd. Razón, Dr. Krapp, en que las declaraciones de Saviano son un poco sensacionalistas. Pero tampoco se fíe mucho. La mayoría de las veces (lo sé por experiencia) los periodistas "traducen" las cosas como les viene en gana.

    La primera vez que escuché a Petrucciani hace más de veinte años se me pusieron los pelos de punta, pero no por su aspecto físico, sino por su forma de interpretar y transmitir. Petrucciani fue un genio. A pesar de su corta vida, su discografía es sencillamente apabullante. Y su grandeza y lucidez como músico y como persona no admiten parangón con ningún otro. Pero estoy de acuerdo en que sus sentidos rítmico, melódico y armónico están muy cerca de Keith Jarrett. "Bimini" (en 'Power of three') es una buena muestra de ello. Ahora bien, en temas como "In a sentimental mood", rompe la pana.

    Gracias por recetarnoslo, Dr. Krapp.

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  22. Estoy seguro que hay algo de eso, Sebastian . He leído a Saviano y me parece un excelente conocedor de la psicología humana que intenta buscar facetas diferentes de los personajes de los que trata. Habrá que leer el libro para comprobarlo.
    Es un disco magnífico "Power of Three". Petrucciani está grandioso pero Jim Hall se sale con ese toque relajado a la guitarra y las esporádicas intervenciones de Wayne Shorter, por ejemplo en Bimini, son estupendas. Junto a esos dos temas que has citado me quedo con el toque minimalista de Careful.

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Y la actuación estelar de:

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