13 mar 2013

Cuando Superharp resucita a los muertos

Esta es la historia de un niño a la que sus padres le regalaron una armónica con 6 años y su madre, para convencerlo, le dijo que con aquel cacharro podría imitar el sonido de los pájaros y la sirena de los trenes. Un día, aquel crio llamado Jimmy y apellidado Cotton,  es decir como el producto que permitía a su familia vivir modestamente en aquellas tierras del Misisipi, escuchó un programa de radio y descubrió que su pequeño cachivache podía servir para crear una música que llenaba el alma. Nunca Sonny Boy Williamson II tuvo un seguidor tan entusiasta y que levantando apenas unos  pocos palmos del suelo era capaz de tocar cualquiera de sus canciones. Jimmy tenía 9 años cuando pudo conocer a su ídolo,  por entonces huérfano, y quedó tan  impresionado de las habilidades del chico que lo llevo con él a sus actuaciones. Más tarde, cuando Sonny Boy decidió marchase al norte valoró la posibilidad de que  Jimmy lo sustituyera al frente de su banda. Era demasiado joven par ello, pero no para que el chaval pudiera hacerse cargo de su vida, marchar a Memphis y ganarse algún dinero y fama tocando en las calles. Su primer gran encuentro fue con el imponente Howlin Wolf que le incorporó a su banda a principios de los 50. En 1954 conoce a Muddy Waters que necesitaba un armonicista tras la fuga de Junior Wells y pasó a formar parte de la mejor banda de blues de la historia.  En 1960, la actuación del grupo de Muddy Waters en el Festival de Jazz de Newport y especialmente su interpretación en Got My Mojo Working  lo catapultará a la cumbre. 
 

En 1967 deja a Waters y crea su propia banda. Son tiempos de cambio y el ya maduro armonicista se convierte en figura de culto para los jóvenes músicos blancos enamorados del blues de Chicago. eJohnny Winter con el que compartiría un disco multipremiado en el 77, la misma Janis Joplin, Paul Butterfield, los chicos de Led Zeppelin etc... Cuentan los testigos que aquel  Cotton era un showman irrepetible sobre el escenario capaz de levantar al público más frío. Gemía, bailaba y hacía cabriolas imposibles mientras cantaba y tocaba con su poderosa e irresistible armónica.  p.  El Superharp de los 70, nombre con el que empezó a ser conocido, era un hombre más reposado pero conservaba parte de aquella fuerza colosal. Aquí demuestra sus infinitas cualidades, también para los tiempos lentos, en un tema que no se podía llamar de otra forma. En los 70 llegan sus primeros discos importantes especialmente con el sello Buddah: 100% Cotton, High Compression o Alive and on the Move.
 

Los 80 es una época de reconocimientos para James Cotton llegando las primeras nominaciones al Grammy especialmente por sus irresistibles discos en directo. Ya en 1990 realiza un excelente Harp Attack con otros grandes armonicistas entre ellos el propio Junior Wells. A mediados de la década sufre un cancer de garganta y decide volver a su tierra, a sus raíces, sacando al mercado un disco con el que consigue su primer Grammy: Deep in the Blues. (Su tema más conocido está en mi penultima entrada, publicada en febrero pasado
Hoy en día, James Cotton  es un hombre mayor que no tiene voz para cantar pero que siga actuando como si no hubiera pasado nada. Sentado en su silla sigue dando lo mejor de si mismo, sobrecogièndonos con su irrepetible armónica. Es uno de los últimos testigos de un tiempo ya pasado pero tan vivo, que haría resucitar a los muertos. Aquí lo tenéis tocando una vez más su tema más emblemático.

14 comentarios:

  1. Es cuando los grandes corazones conectan con dimensiones cósmicas que se llega a música tan especial. El universo de lo cool. Y el arte como medio de escape de la esclavitud, y la fuerza que dió todo ésto para sostener a través de tiempos tan difíciles que vivió la raza negra.

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    1. Estoy de acuerdo en tu apreciación sobre las dimensiones cósmicas de la música como liberación personal y como liberación colectiva de todo un pueblo.

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  2. Bueno bueno, el señor Cotton nada menos...

    Un monstruo, no hay duda. Uno de los grandes en esa época en la que el blues comienza a hacerse masivo. Y del que no me extraña que los aficionados al jazz también se hayan prendado, ya que durante gran parte de su carrera las bandas con las que estuvo desarrollaban un "blues orquestal", por decirlo así, que queda perfectamente reflejado en esa versión de Muddy Waters o en "The creeper".

    Y sin embargo es posible que por esa razón no haya sido tan valorado entre los músicos británicos, más cercanos a los grupos de guitarra: Cotton ha sido un ídolo entre los americanos y ha tocado con gran parte del censo (además de ser la influencia directa, junto con su mentor Sonny Boy, en el aprendizaje de Paul Butterfield y otros), pero que yo recuerde solamente Keith Relf -Yardbirds- y los zepelines (Page había tocado con Relf) lo reivindicaron en la Isla; es más, sus giras europeas, escasas, no comenzaron hasta los años 80.

    En todo caso, no creo que tenga nada que envidiarle a Sonny Boy: es otro tótem como él.

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    1. A pesar de ser muy joven, participó activamente en la explosión del blues de Chicago aunque como componente de aquella banda de Muddy Waters. Su eclosión como solista coincide con la eclosión del blues británico y eso pudo perjudicar a su difusión en la isla, da aquellos bluesmen se fiaban más de referentes históricos, con cierto cache, que de músicos contemporáneos por mucho que éstos fueran respetuosos con el espíritu original de Chicago. Pudiendo elegir a Little Walter, Junior Wells o a Sonny Boy les costaba fijarse en un "joven" como Cotton.

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  3. Sabía que había algo especial detrás de la voz de este hombre, gracias DR KRAPP. Cuando algunas personas suponen que hay que ser un súper entendido para apreciar lo que es bueno en arte, sea en la rama o estilo que sea, siempre digo que lo bueno, si es espectacularmente bueno, se nota al instante, aun cuando no entiendas ni J. Uno no sabe por qué, pero pasa de los ojos o los oídos, directamente al cerebro y ahí se te incrusta.

    Ahora que has contado su trayectoria, que lo he visto ahí sentado mayor, sonriendo, sin apenas voz, con su armónica, moviendo y viviendo inevitablemente a su ritmo -esta gente lleva la música(arte) metida dentro- comprendo lo que sentí al escucharle. Un gusto, en serio, un gusto enorme conocer un poquito más a este hombre.

    Ahora que le tengo ya fichado gracias a ti, a lo mejor me da por bucear más en el blues, es lo que menos conozco en música y con él, me han entrado ganas:-)

    Muchísimas gracias y muchísimos besos, no todos los días se descubre a un mito.


    Que tengas un muuy buen día, gracias a ti lo he empezado de maravilla, sol fuera y aquí dentro, también:-)

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    1. Para nada es necesario saber para entender. Yo en eso soy empirista y más cercano por tanto a Hobbes, Locke o a Hume que a Descartes o a Leibniz. La música es pura sensación y debe atraparte por los sentidos y luego si es necesario se le puede "rellenar" de información. Claro, dejarse llevar por los sentidos requiere un esfuerzo previo de despojamiento, de liberación de esos contenidos que te pueden impedir disfrutar de la música sobre todo esos enemigos siempre perniciosos llamados perjuicios.
      Bucea en el blues, es una de las músicas que siguen manteniendo el alma de las cosas.
      Gracias a ti, muchos besos y feliz semana entrante. Sigue haciendo sol ahí fuera donde ahora no puedo estar.

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  4. Es increíble como se desarrolla en cierta gente un habilidad extrema para conseguir una expresión en este caso mediante el blues, parece mismamente el alma negra, manifestación de la esencia de una raza oprimida que alcanza la liberación a través de su música hecha carne.

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    1. El blues es una oración, una oración diabólica para los antiguos, pero una oración perfectamente estructurada. Un tema repetitivo, con una estructura rígida, que actua como un mantra a medida que va cogiendo fuerza y se repite. El sistema de pregunta y respuesta, como en el rosario, aunque sea en el plano instrumental tiene una fuerza increíble y permite llegar a una especie de éxtasis liberador.
      Es lógico que lo considerase música del diablo ya que con sus letras obscenas o simplemente mundanas desafíaba la primacía religiosa y evocaba otra clase de éxtasis posibles.

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  5. Bonito homenaje a James Cotton. Hablando de apellidos y de ponerle Cotton como el algodon del cual se vivia, me recuerda a Malcoln X que decidio apellidarse asi porque se negaba a ponerse el apellido asignado nuevo para los esclavos venidos de Africa a EEUU. Debio ser una epoca durisima. Perder la identidad por completo, las raices, los linajes familiares, todo, perderlo todo. Por ello esta gente es admirable.

    Perdon porque no salen los acentos. Asi que escribo sin acentuar.

    Un gran abrazo, querido Doc.

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    1. Lo más curioso de Cotton es que se apellidaba así de su nacimiento. Quizás algún ancestro fue bautizado así por un patrón esclavista que la hacía gracia que "sus negros" se llamaran como la planta que que estaban obligados a cultivar.
      Hay otro caso parecido al de Malcolm X y me refiero a Ahmad Jamal que siempre ha declarado que no quería llevar consigo su apellido de esclavo.
      Abrazos, Esther

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  6. Los primeros bluseros fueron esclavos negros, trabajaban desde que salía el sol hasta que se ponía. Como señala Esther, eran seres que lo habían perdido todo. Cantaban y tocaban para sobrevivir, y esa música les salía del alma.
    Saludos

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    1. Muchos se refugiaron en la religión porque era un bálsamo a su sufrimiento y las iglesias baptistas encontraron un filón en estos nuevos fieles. Los laicos, los reacios a la religión, encontraron consuelo en las tristezas del blues que siempre ofrecía un marco para dar rienda cuenta a sus angustias aunque hubiera que utilizar subterfugios retóricos para dismularlas

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  7. Supongo que el blues fue un medio para pasar de sufrir el algodón a sentirse entre algodones. Estoy de acuerdo en que la música funciona como un mantra ayudándonos a encontrar el equilibrio perdido, de forma similar a la paz que encuentran los fieles que repiten ls oraciones que se siguen en la celebración de la misa.

    Besos.

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  8. No creas que fue tan fácil. Muchos de los grandes del blues murieron de forma violenta o en el anonimato e incluso la "divina" Bessie Smith murió prácticamente desangrada en una carretera del sur por no recibir atención a tiempo después de un accidente de tráfico.
    Estoy totalmente de acuerdo en tu visión de la música en relación con la misa y más concretamente para los católicos con el rosario.
    Besos

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