22 nov 2013

Con música y a esas horas

Por la boca muere el pez. Voy a contradecirme con lo que contesté a Rick (visitad su bar, merece mucho la pena) en mi última entrada y volveré una vez más a lo que él llama “esas frasecitas” ...pero que conste que la culpa la tiene el frío. 

Son días casi gélidos en estas latitudes y todavía estamos en otoño. Da mucho pereza salir fuera y si hay que hacerlo lo mejor es ir a un sitio bien resguardo y que tenga esa calidez que solo encuentras en tu propia casa.
¿Pero imagínate que te pilla la cosa en plena madrugada y necesitas liberarte del desamparo exterior justo cuando echan el cierre en todos los garitos?
Siempre nos quedan esos bares pintorescos cercanos a puertos, mercados o  estaciones de tren, donde aterrizan los náufragos de la noche. Otros, en cambio, más pijos o modernos, prefieren ir a clubs postnocturnos donde prolongar una previa noche de clubs.
Al parecer les llaman After Hours y deben ser la repera. Tienen mucha fama  pero cuando abren  siempre me cogen durmiendo y cuando cierran estoy desayunando y me daría infinita pereza meterme en uno de ellos a probar alguna sustancia poderosa cuando  tengo la tostada con mermelada en la boca. Definitivamente los After Hours y yo debemos ser incompatibles. Veamos con la música.
 

Casi me animo escuchando este tema de la Velvet Underground, compuesto por el propio Lou Reed y cantado con esa voz de gorrión asustado por Maureen Tucker, la batería del grupo. No os fieis, bajo el suave terciopelo había mucha mala leche, por eso siguen siendo irresistibles. 
Volvamos a los clásicos. De lo más clásico es un blues compuesto en 1948 por Avery Parrish y Erskine Hawkins para la orquesta de este último. Os dejo dos versiones y cierro el After hasta próxima ocasión.
La primera es más moderna que la segunda y está en un álbum que corta el aliento y no por el frío precisamente. se trata de un extraordinario disco en directo de Jimmy Smith grabado en 1972 titulado Root Down. Una obra maestra a mi modesto parecer y entender.  
Para terminar, el producto imperecedero de una reunión histórica. Era 1957 y tres ases de la baraja, Dizzy Gillespie, Sonny Rollins y Sonny Stitt, se encontraron para lanzar un disco tremebundo, Sonny Side Up. Ya puse en otra ocasión algún tema del mismo, ahora lo completamos con  su After Hours que está a la altura de lo que podríais imaginar.
 

Ah, solo me falta recordaros que no cuentan las horas ni el lugar cuando se está en buena compañía.

10 nov 2013

Volviendo a casa subido en un blues

Primero quería hacer una entrada sobre aquellas canciones cuyo título gira alrededor de la idea de la "vuelta" desde una perspectiva sentimental. Trabajo hercúleo, se cuentan por centenares. 
¿Y si me ciño a aquellas que hablan de la vuelta al hogar como petición, rogativa o como cura frente a los peligros de la intemperie? Tremendo, también hay docenas de ellas.
 Caray, Krapp, quizás debas escoger una que sea representativa y con variadas versiones. Un standard, por ejemplo.
Pues ya ésta, elijo, Baby won't you please come home, un viejo blues musicalmente austero y con una letra escueta que hasta permite ciertas variaciones. En teoría el tema escrito en 1919, es obra de dos pianistas Clarence Williams y Charles Warfield.
 

Todo un honor que la gran Bessie sea la que abrió la brecha discográfica de este tema legendario. Lo grabó en 1923 y alcanzó el puesto número 6 en las incipientes listas. A su lado, al piano, Clarence Williams, el habitual acompañante de todas aquellas grandes cantantes de blues de los años 20 y también editor musical. Un peligroso editor musical  por lo que se cuenta, ya que solía quedar acaparar la autoría de temas que nunca creo y llevarse los correspondientes royalties. Charles Warfield, el coautor, siempre afirmó que este blues era exclusivamente suyo. 
A finales de la década hay una hermosa versión de Bix Beiderbecke y su trompeta doliente, en la compañía de Frankie Trumbauer y el trompetista y cantante Jack Teagarden. (Como en el resto de casos de esta entrada podéis ver el vídeo correspondiente "cliqueando" debajo del nombre escrito en azul)
La grabación del tema por parte de Mills Brothers es de 1932. Estamos hablando del primer gran grupo vocal negro de la historia, pioneros del doo wop y con vida activa, casi asusta decirlo, desde 1928 hasta 1982. Para que luego nos hablen de Sus Satánicas Majestades.

Cab Calloway, Louis Armstrong, Benny Goodman, Count Basie, Django Reinhardt, Lionel Hampton, Nat King Cole ...da verdadero vértigo elegir entre tantas versiones diferentes en la  era del swing. Demos un descanso a las cuerdas vocales y pongamos la instrumental de Sidney Bechet fustigando con su sonido nítido y abrasivo en 1949.
 

Llegamos a los 50 y baja un tanto el número de versiones en la medida en que el swing deja de estar de moda.  Dejemos de lado la parsimoniosa interpretación de Frank Sinatra que me gusta bien poco. Nos queda, entre otras, la de  Ray Charles, Jack Teagarden y la de Billie Holiday grabada el último año de su vida y por lo tanto, imposible dejarla de lado.
 

En los 60 el vuelve a florecer el tema desde la perspectiva del jazz, del blues o incluso desde los nuevos géneros músicales juveniles. La prueba la tenemos en esta preciosidad que os dejo también enlazada de Ricky Nelson grabada en 1960. La de Dean Martin fiel a la de Sinatra aunque la suya es mejor que la del capo del Rat Pack. La de Dinah Washington espectacular. Aceptable la de Ella Fitzgerald a la que nunca le sentaron bien las baladas. Enorme la de la otra gran diva del jazz vocal,  Sara Vaughan. Sin embargo ahora toca una versión instrumental para separar fases, que diría mi muy apreciado Juan de Pablos en su Flor de Pasión. Es de 1963 y destaca con luz propia en un disco al que le tengo especial querencia.
 

Este es el final y como postre, el Dr. Krapp sigue siendo fiel a sus más arraigadas pasiones: el queso, los helados y Sam Cooke.

1 nov 2013

Empeñados en darnos un susto

Según las viejas tradiciones occidentales hoy -Samaín, Halloween o Todos los Santos en nuestro santoral cristiano- es el día en que a los difuntos les dan licencia en el Más Allá para venir a pasar el día con sus parientes vivos. Fecha señalada que el catolicismo triunfante, tan astuto siempre, le ha dado un significado inverso: es el momento en que los vivientes van a visitar y homenajear a sus muertos.  ¿Acaso la Iglesia Católica desconfía de la capacidad de movilización de los seres del trasmundo? Tremenda incógnita a la que no veo satisfactoria resolución y menos en un blog de contenido musical.
Al parecer, los difuntos o aparecidos, dan mucho miedo y a mucha, mucha gente le gusta que le den mucho miedo. Por eso, algunos grandes artistas de la música popular no han dudado en explotar ese viejo recurso. Incluso mucho antes de que aquel célebre y estupendo Thriller de Michael Jackson resquebrajara para siempre las listas de éxito.
Tomemos por ejemplo aquel tremendo bluesman, Screamin' Jay Hawkins que consagró su vida y su obra a la impagable tarea de dar pavor al personal creando un personaje macabro y extravagante. Hoy, tan curados de espantos, lo suyo daría un poco de risa pero para aquellos virginales 50, su celebérrimo I Put A Spell On You  causaba verdaderos estremecimientos...de risa. Así seguía cantando su gran éxito 30 años después. No puedo resistir la ocasión como para meter, con calzador, otro tema suyo que me resulta francamente irresistible. No voy a presentarlo yo, él mismo lo va a hacer con rotundas y nítidas palabras.Cualquier comentario por mi parte nunca ha estado tan de más.
Casi es obligado que por este escueto catálogo de monstruosidades, pase el señor Vincent Furnier que viene dando guerra en ésto del rock desde mediados de los 60 cuando montó una banda llamada Alice Cooper  aunque a fuerza de ser sinceros, siempre identifique banda con cantante, algo que no ocurrió hasta 1973 cuando ya la gloria había llamado varias veces a la puerta de nuestro fúnebre amigo.  
 

George Clinton es sin duda una de los más fascinantes creadores que ha parido la música soul y uno de los más extravagantes personajes del mundo de la música con sus ropas, su tocados y sus happenings tan peculiares. Figura trascendente, fue capaz de encabezar las lista de éxitos con dos grupos diferentes, su antiguo grupo Parliaments y el nuevo, Funkadelic, tras perder los derechos sobre el primer nombre. Hizo del baile y la música funk toda una filosofía de vida en aquellos convulsos años en que se convirtió en algo más que referente para la comunidad negra. Por el P-Funk, fusión final de ambos grupos, pasaron grandes nombres de la música posterior y el poderío de sus creaciones sigue estando de plena actualidad.
 
Herman Sonny Blunt fue un niño prodigio desde su más tierna edad. A los 10 años ya escribía sus propias obras y en los 40 se convirtió en arreglista de la Orquesta de Fletcher Henderson. Duró poco, en los 50 descubrió su origen celeste y cambió su nombre por el de Sun Ra con el que formó el Space Jazz Trío, embrión de la posterior Sun Ra Arkestra, consagrada a la mayor gloria del dios Sol y por tanto condiscípulos del faraón Akenaton y su mujer Nefertiti. Tras una larga carrera en que siempre renegó de su condición humana, murió en 1993 tras convertirse en uno de los más importantes promotores del jazz de vanguardia. Lo suyo fue demasiado humano puede que a su pesar. 
 

Y ahora un bonus track casi obligado ya que estamos todavía en Halloween y debemos darle una buena despedida a alguien que acaba de cruzar el Estigia.
Buen viaje, Lou.

Y la actuación estelar de:

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