1 dic 2013

Un flechazo musical y otros amores primerizos

En la última entrada de su blog, Jazz, ese ruido, Félix Amador Gálvez nos invita a los lectores a que escribamos sobre quién nos inspiro para convertirnos en amantes de esta música inacabable que es el jazz. Mi comentario fue éste: 
“En casa algún disco de las orquestas de Benny Goodman o Duke Ellington y un día aluciné con el My Favorite Things de Coltrane. Pero antes, al final de los 70, -sin saber que se trataba de jazz- me daba calma, paz y sosiego en mi tumultuosa adolescencia esta sintonía de Encuentro con las Letras que hace muy poco encontré en Internet después de tantos años."
Aclaro para los que lo desconozcan o no lo recuerden: Encuentros con las Letras era un programa de Televisión Española entre finales de los 70 y principios de los 80, dedicado a la literatura. En él, prestigiosos profesionales del periodismo y la escritura como Carlos Vélez, Daniel Sueiro, Esther Benítez, Jesús Torbado, Andrés Trapiello o el inefable y por entonces muy juvenil Fernando Sánchez Dragó, entrevistaban a los diferentes autores y revisaban en una mesa redonda los libros que habían despertado su interés entre los recientemente publicados. Un paraíso repleto de vivificantes manjares por un chaval devoralibros como era yo por entonces y en el que se entraba a través de este inolvidable preámbulo musical:  
Mi amigo Rick ha tenido la generosidad de enviarme este fragmento, maleado por las nieves del tiempo pero que quizás os sirva para entender mi primera fascinación por aquella música desconocida y placentera.
No sé quién es el autor de esta versión y aunque lo he intentado en alguna ocasión, no  he utilizado todos los resortes que la red ofrece para localizar al responsable. También he de confesaros que hasta la semana pasada solo tenía un vago recuerdo de esta melodía y que fue entonces cuando me lo encontré de nuevo, mayor pero increíblemente bella como entonces,
en uno esos programas recopilatarios que se pueden encontrar en la web de RTVE. Si alguien sabe más sobre esta versión de "Días de vino y rosas" le estaré tremendamente agradecido.
Luego llegó el swing y un destartalado disco que tenía como protagonista a la muy celebrada Orquesta de Benny Goodman. Estos dos temas, pero en versiones mucho más antiguas, formaron parte de mi bautizo jazzístico.
 

Pero la guinda de la tarta la puso el Duke quizás, en parte, por culpa de este inmenso tema.

13 comentarios:

  1. Oye... ese Días de vino y rosas es una maravilla.
    No me resulta familiar.

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    1. Hay cientos de versiones del tema, algunas geniales, aunque como he escrito no soy capaz de localizar la que en este caso me interesa.

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  2. arrrg, con lo que me gusta a mi un reto....me suena como a Dave Grusin...pero mas cool....me parece que me voy a pasar un rato laaaaargo buscando!

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    1. PD: al margen del tema del programa de rtve (que me tiene loco buscando), a nivel jazz creo que como a Mr. Rick, el Take Five fue el pistoletazo de salida,(y el tema de Pink Panther), En otro nivel creo que el único tema que recuerdo como "una revolución interna" sería "At Last" de Etta James, cuando lo escuché por primera vez me dejó completamente desconcertado y ko, (por aquel momento sólo me nutría de Rock y Doowop)... bueno voy a seguir buscando, pero creo que está muy difícil el asunto...

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    2. Gracias, Sebas, confío en tus dotes de sabueso, seguro que al final vas a tener suerte o al menos más que yo.
      También "Take Five" era un tema que me subyugaba de pequeño. Respecto "Al Last" creo que escuché esa maravilla por primera vez en una película aunque no puedo asegurarlo.
      Suerte en la caza.

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  3. A todos se nos han quedado clavadas, casi desde la infancia, algunas piezas que nos acompañan toda la vida, independientemente de lo buenas o malas que sean: es la versión musical de la madalena de Proust. En mi caso fueron Johnny and The Hurricanes con aquel "Red river rock" que se echó años sonando en las radios.

    Pero también hay alguna pieza de jazz que me acompaña desde esa época, más o menos: "Take five", por ejemplo. No recuerdo si era la del cuarteto de Dave Brubeck o alguna otra, pero en cualquier caso es otra de las imborrables.

    Es lo bueno de la música: nunca te abandona.

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    1. Esa maravillosa Red River Rock es casi un himno para la batalla, uno de los grandes temas instrumentales del mejor rock.
      La versión que recuerdo escuchar siempre de Take Five es la original del grupo de Dave Brubeck que por cierto fue compuesta por Paul Desmond que siempre fue el alma del grupo.
      Si te abandona la música te puedes sentir definitivamente abandonado.

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  4. Tengo una memoria infame, cosa que a veces me va de perlas, pero que impide que pueda ilustrar por ejemplo con que piezas empezó mi afición al jazz. Sé que empecé con un jazz de pequeño grupo con tres o cuatro instrumentos y que me gustaba pensar que improvisaban siempre.

    A mi madre le gustaba mucho Nat King Cole (y sobre todo la copla). Quizás empecé por ahí.

    Un abrazo.

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    1. Curioso, yo empecé desde el ámbito contrario, como he dicho más arriba, desde las grandes orquestas de baile con la excepción temprana de Coltrane. El grupo de jazz de Nat King Cole era admirable, él un maestro al piano y Oscar Moore a la guitarra.
      Besos

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  5. Mmmm no sé quien tocará esa versión de vino y rosas pero es una delicia, no me extraña que te quedaras colgado de ella. Todos lo que he escuchado hoy ( casi siempre pero hoy toodo todo y mucho) meeencanta.

    Yo sí sé cuando, donde y además lo que estaba haciendo la primera vez que escuché algo de jazz ( ni siquiera sabía que era el jazz pero me chifló) era pequeñaja, tenía el sarampión... en realidad no lo tenía, me lo pegaron:)) Verás, nosotros somos cuatro hermanos nacidos en solo cinco años, mi hermana la del medio lo pilló y mi madre jajaja nos metió a todos en la cama con ella para que lo tuviéramos todos a la vez, total jajaja que allí estábamos nosotros en cuarentena doméstica y pusieron ESTA PELI ...al final de este trocito, recuerdo que empecé a brincos por la cama... mi madre me pilló y azotaina la canto...por eso no se me olvida;-) .. después ya enfoqué mejor y supe lo que era, siempre ha sido de mi música favorita. Duke Ellington, Coltrane, Miles Davis, los que me enamoraron del todo ;))

    Ese preludio a un beso, es una de las cosas más deliciosas del Duque, precioso.
    Jo! hoy me voy derretida de aquí... jaja


    Muchos muchos besos Dr.. esto es para compensar lo de las pesadillas del otro día ¿verdad? jajaja

    Feliz noche, a mi me la has hecho, mil gracias;))

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    1. Muchas gracias, María.
      Las tácticas sanitarias de tu madre son discutibles pero al menos hay que reconocerle buen gusto cinematográfico. Posiblemente yo haya visto esa película en su tiempo pero lo había olvidado hasta hace muy pocos años que la vi de nuevo. La verdad es que era demasiado sibarita de niño, ahora tengo el gusto más adocenado, y se me atragantaba la figura de Danny Kaye demasiado "Jim Carrey" para mi gusto.
      Si te vas derretida al menos espero que vengas ya recompuesta en la próxima entrada.
      No habí pensado en lo de las compensaciones, entonces ahora toca algo trágico.
      Muchos besos para ti que estamos a sábado y se acaba el puente..

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  6. No logro identificar la versión de esa maravilla que bordó Henry Mancini para acompañar el clásico melodrama de 1962, a pesar que poseo varias ya que como a ti, me flechó el tema y me introdujo a la música instrumental de las grandes orquestas de aquella época, incluída, faltaba más, la del Duke con joyas como la que has puesto.

    Programas españoles como el que mencionas, no recuerdo haberlos visto por acá, aunque sí, en los 90's uno de Sanchez Dragó.
    Saludos

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    1. A mí lo que me pasó es que tardé 30 años en oírla de nuevo y con fragmentos del recuerdo llegue a la conclusión de que se trataba de Días de vino y rosas. Pero llegué a saberlo hoy en día, viendo la película, no entonces cuando la oía y desconocía tanto el titulo como los intérpretes del tema. Cuando al fin la escuche por primera vez después de tantos años hace tres semanas me alegré mucho de haber acertado.
      Sánchez Dragó, a pesar de su casi insoportable pedantería, hizo grandes programas literarios y es de lamentar su deriva ideológica hacia posiciones excesivamente conservadoras.
      Saludos.

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