16 feb 2014

Fulgor, muerte y resurrección del boogaloo

Nació en 1965 como un baile más en los barrios negros de las grandes ciudades norteamericanas. Su creador fue un disc-jockey de San Luis al que llamaban Jerry-O que formó un dúo con un tal Tommy Dark Tharp al que pusieron el nombre de Tom and Jerryo. Grabaron un sencillo al que llamaron Boo-Ga-Loo y la cosa fue bien, vendieron un millón de copias, pero no vieron un dolar, Barry Gordy, el amo de la Motown, alegó que el tema había sido registrado por su discográfica antes y se quedó con sus derechos. El dúo se separó pero la semilla estaba sembrada en un territorio aparentemente muy distante.
A principios de los 60 la pujante población latina de Nueva York, más de medio millón de personas en su mayoría de origen puertorriqueño, seguía teniendo como referentes musicales a las grandes orquestas que habían trasplantado los ritmos caribeños a la gran metrópolis. Las orquestas de Machito, Tito Rodríguez o Tito Puente -The Big Three- seguían abarrotando las noches danzonas de la Sala Palladium y enseñando a negros, blancos y mulatos a través de su rica discografía las maravillas de los ritmos cubanos: desde el omnipresente mambo o el más moderno Chachachá, hasta los ritmos más tradicionales como el son montuno o la guaracha. Sin embargo los más jóvenes instrumentistas de esas bandas, a la manera de los boppers en su tiempo, no se sentían muy a gusto en esos estrechos márgenes musicales y el cuerpo les pedía otra cosa. La música negra estaba muy cerca y el jazz una magnífica fuente de inspiración. Así lo entendieron entre otros Mongo Santamaría, triunfante con su versión caribeña de Watermelon Man y Ray Barretto.

El boogaloo se hizo latino en un local de Nueva York frecuentado por clientes negros amantes de la música caribeña. Era 1965 el mismo año en que nació el tema de Tom and Jerryo y en que el soul iniciaba su envidiable despegue musical hasta convertirse "en el sonido de la joven América". Los latinos querían ser parte de ese sonido y mezclando elementos del jazz, del soul y de los ritmos de siempre recrearon el boogaloo negro. Incluso en el terreno vocal aquello era pura mezcla: el inglés, el español y el spanglish compartían escenario. 

 ¿Cuál fue el primero? ¿Pete Rodríguez cuando le pidieron que metiera un poco de soul a la música que se oía en aquel primer local de Manhattan y nació su Pete's Boogaloo? ¿Johnny Colón cuando creo su estupendo Boogaloo Blues? ¿O quizás Joe Cuba con este eterno y contagioso Bang, Bang?
 
Tony Pabón, arreglador de la orquesta de Pete Rodríguez, dice que la inspiración le vino escuchando la versión de Fever de Peggy Lee. Sea como sea el boogaloo llegó para quedarse en Nueva York y convertirse en la banda sonora principal de la comunidad latina de Nueva York hasta el advenimiento de la salsa en 1970. 
El mundo se empezó a llenar con los nuevos ritmos y aunque de mala gana, fue aceptado por la vieja guardia musical latina que lo consideraba una moda pasajera. Se equivocaban, desde el 65 al 69 el boogaloo fue adquiriendo más y más fuerza y las viejas orquestas viendo en peligro su posición decidieron boicotear el género con la intermediación de sus contactos en el show business. De repente los instrumentistas del boogaloo se encontraron que no tenían donde actuar en condiciones, donde grabar sus discos o incluso donde encontrar una emisora donde poder escuchar su propia música.
El boogaloo no murió de muerte natural, fue asfixiado porque era un peligro para la música latina imperante. Aparte de los ya mencionado recordemos otros nombres del boogaloo como John Bataan, Richie Ray, The Latin SoulsHéctor Rivera que expresó como pocos el sentido original del boogaloo: auténtico soul latino.

 
Y aquí una melodía de Willy Baby con tales cambios de ritmo que más parece una montaña rusa.
Los muertos que vosotros matáis gozan de buena salud. Suele pasar con la música. Por eso no es extraño que en los últimos años el boogaloo vuelva a estar en candelero, siempre hay un grupo japonés que puede demostrarlo. 

14 comentarios:

  1. Y cuántas bellezas y genialidades nis habremos perdido por no ser convenientes!
    Me encantó.

    Un abrazo
    Josela

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  2. ¡Sí señor, el bugalú! No me esperaba yo esto, herr doktor. Y si a esa tremenda selección añadimos el "Pow pow" de Manny Corchado, ya las tenemos casi todas.

    Muy cierto eso de que "la música latina imperante" se cargó al boogaloo: esas mezclas con el soul e incluso el sonido Motown no eran bien vistas por los puristas. También tiene coña, que un grupo étnico tan poco respetado como los latinos en aquella época fuesen racistas con respecto a los negros, que ni estaban mejor ni peor que ellos.

    Pero da igual: efectivamente, aún hoy hay grupos modernos que fusionan el boogaloo con el soul y el british r´n´b. Y por cierto, en las discotecas isleñas mod y northern soul este ritmo también se bailaba. Así que lo siento por los puristas latinos.

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    1. Hay un enorme listado de temas ya que el boogaloo o bugalú como escribes tú no solo se desarrolló en Nueva York, luego tuvo proyección en otros países, en especial como es de suponer en Puerto Rico.
      Muchos de los instrumentistas de este género eran componentes de aquellas orquestas latinas y gran parte se pasó en 1970 a la salsa lo cual aún justifica menos aquella agresividad contra este género mestizo y por lo tanto peligroso.
      Hay cierto resurrección del boogaloo pero tratado de una manera un poco arqueológica. Sin embargo me gusta mucho lo que hacen los japoneses en el último vídeo.

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  3. Grandes nombres de la música latina.Todo en la música parece ser un eterno retorno. Sobre todo, como tú bien dices, si los japoneses se encargan de resucitarlo ;)!

    Bicos!

    Fer

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    1. Y aún siendo grandes nombres, no sonsuficientemente valorados, excepto en el caso de Mongo Santamaría y alguno más, quizás por estar entre dos mundos como el viejo mambo y la nueva salsa.
      Bicos

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  4. No tenía ni idea de este trasfondo contra el Boogaloo. En todos sitios cuecen habas que se dice.

    Siempre me atrae la fusión ¿Por qué no? Es cierto que unas veces sale algo interesante y otras un refrito que no hay quien lo trague.

    Las propuestas que has enlazado me gustan, qué bueno el Watusi :)) y el vídeo, claro.

    Qué bien aprender y conocer estas cosas, además de escuchar buena música, cosa habitual en este espacio de sinfonía azul. Por cierto escuché el domingo en el Palau una cantante de blues catalana: Big Mama Montse que lo hace bastante bien.

    Besos!!

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    1. La cuestión está en arriesgarse y no estar siempre mirándose en el propio ombligo o recreándose en la historia ya vivida. Yo a esto último le llamo música arqueológica y afecta a todos los géneros musicales desde la clásica, al jazz, al blues o al rock.
      Las fusiones son siempre positivas como necesidad de experimentación, el problema está luego en si sus resultados justifican el proceso previo.
      Gracias, Luna Llena, sigue iluminando esta entrada con tus comentarios.
      Besos

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  5. Ya el propio nombre parece que invita a bailar.

    Tremendo el Willy Baby, jaja, sabrosísimo.

    Bicos.

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    1. Sí, el propio nombre Boogaloo invita a bailar aunque puede ser que también nos recuerde a algo como ésto que te pongo ahora.
      Bicos

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  6. Hace años leí una historia del jazz latino hasta la salsa de los Palmieri, considerada de las mejores, pero ahora veo que le faltaban eslabones como este del bugalú que te pone a mover los pies. Como que no querían competencia los ya consagrados del Paladium Ballroom, aunque también alimentaron el asunto con memorables como el watusi de Barreto o el bongó de Tito Puente.
    Un abrazo.

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    1. Eddie Palmieri estaba plenamente integrado en el bugalú como también ocurrió con El Gran Combo de Puerto Rico. Creo que Ray Barretto y Mongo Santamaría estabán más implicados con el jazz que con las orquestas de mambo por eso encontraron su sitio con la gran fusión que fue la salsa.
      un abrazo.

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  7. Reconozco que esta musica te hace mover los pies; pero a mi (que soy un poco ratito) también, me hace mover el cerebro... y esto me produce un dolor de cabeza que no veas.

    Un abrazo paracetamoleado.

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    1. Espero que ya estés mejor y puedas mover los pies al ritmo de tu cabeza intelectual :)
      Un abrazo con manzanilla

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