20 abr 2023

Músicas y gentes victorianas


En mi última entrada en el Círculo de los Suicidas Perezosos he escrito un relato de temática victoriana, esa época tan sugestiva para cualquier lector o narrador.
Hablemos brevemente de sus músicas o de lo que conocemos de ellas. 
En el Reino Unido aquel fue un tiempo de eclosión triunfante, que forjó un imperio mundial y que sufrió las consecuencias de una Revolución Industrial que trajo progreso para unos y pobreza para la mayoría, los escapados del mundo rural que acabaron hacinados en suburbios insalubres y casi esclavizados por la nueva economía capitalista.
Para todos, solo había un elemento unificador  y que desde 1919 a 1901, fue el emblema de aquel territorio convulso y contradictorio. Obviamente, me refiero a la Reina Victoria a la que The Kinks homenajearon de forma irónica en uno de sus temas más conocidos del que os dejo la 
  
 Una sociedad dividida como aquella  tenía una música dividida. La música de las élites en los suntuosos teatros y salas de concierto y la música popular de verbenas, music hall, cabarets y pubs.
En el territorio de la música clásica con la excepción de Henry Purcell en el siglo XVII, no habían nacido un movimiento compositivo autóctono e importante. Dependían basicamente de la genialidad de músicos de otros países, atraídos por los posibilidades de los grandes teatros y auditorios británicos desde mediados del siglo XVIII. 
Handel, Haydn, Mendelssohn, Liszt o Grieg se pasearon triunfalmente por la isla y su música fue tan venerada e interpretada como en el resto de Europa. 
Fue a mediados del XIX cuando se produjo una reacción nacionalista aunque sin la virulencia de otros países. Como en ellos, se adaptaron temáticas populares y se creó un género ligero representado por las celebres operetas del músico Albert Sullivan y del libretista William Gilbert, los célebres Gilbert and Sullivan. Por su parte, el gran compositor Edward Elgar fue el gran compositor del período, aunque la posteridad lo recuerde especialmente por sus marchas ceremoniales y patrióticas, como en este vídeo de abajo, su más claro ejemplo.
 
En el territorio de la música popular hay temas de éxito singular que han perdurado a través del tiempo. Música alegre y comunitaria que se cantaba a coro  en los pubs y tabernas de Londres ya que la clase trabajadora bebía cerveza en el pub mientras los aristócratas ricos bailaban el vals en los salones de baile. Patear las piernas en el aire y emborracharse contrastaba con la mojigatería de las clases altas victorianas. 
'Knees up Mother Brown' se convirtió en un clásico obsceno de lo cockney, un símbolo y producto estrella de la cultura del East End. La leyenda dice que había una alusión a la Reina Victoria necesitada de algún meneo tras la muerte del principe Albert.
 
 En ella se inspiraron diferentes autores para sus propias creaciones como es el caso de Richard Sherman para Mary Poppins con su "Step in Time"
El music hall es un espectáculo tipicamente británico contemporáneo del vodevil yanqui o la revista española, que vivió su momento de esplendor hasta el final de la Primera Guerra Mundial. En este vídeo que os adjuntoTom Carradine hijo del fallecido actor americano David Carradine, ofrece un potpurri con fragmentos de las más afamadas canciones del music hall en estricto ranking de popularidad según la British Music Hall Society.
Para terminar, dos personajes representativos que encarnan en nuestra memoria aquella época y que tienen temas musicales dedicados.
Screaming Lord Sutch fue un tipo extravagante y excentrico que intentó llevar  a las islas el estilo  gótico y siniestro de su admirado Screamin' Jay Hawkins mucho antes de Alice Cooper, Frank Zappa y similares. Contó con la amistad de grandes del rock británico como Jimmy Page, Jeff BeckJohn Bonham o Keith Moon, y tras un período de shows escénicos mezclando lo terrorifico con lo grotesco, decidió dedicar su vida entera a la política en su vertiente sarcástica y anarcoíde. Una depresión profunda le llevó al suicidio en 1999. Su canción más conocida  está dedicada a un icono victoriano, Jack el Destripador.

 Hay otro tema dedicado a Jack el Destripador, mucho más conocido pero sin duda menos divertido. Este de Morrisey, el legendario cantante de The Smiths.
Terminemos con Dickens y hagámoslo con buen sabor de boca a través de uno de sus grandes personajes.
Este tema de Elvis Costello y sus The Attractions está inspirado en aquel ejército de niños mendigos que capitaneaba Oliver Twist en la maravillosa novela que lo tenía de protagonista.

Y la actuación estelar de:

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