Me imagino a Bill llegando cansado a su casa por la tarde, después de un duro día de trabajo en la McDonnell Douglas de Los Ángeles. Construir retretes para los Boeing no era precisamente lo que esperaba del futuro cuando se licenció de la US Navy algunos años antes. Pero con la música no podía vivir, a pesar de su tesón, de tocar muchas puertas, de vender incluso sus cintas a la puerta de los clubs e intentar sin éxito que alguna discográfica o algún promotor musical se fijase en él. Las oportunidades se acababan, ya tenía 32 años y seguía siendo un perfecto desconocido.
Seguramente se dio una ducha, preparó algo para cenar, sacó del congelador una cerveza y se tumbó en el sofá delante del televisor. Estaban echando “Días de Vino y Rosas”:
El final le había conmovido. La mujer subiendo por el callejón hasta su casa, con el letrero luminoso parpadeante y tan omnipresente como la música de Henry Mancini. El hombre arropando a la hija en la sosegante paz del hogar. La sorpresa ante la llegada de la mujer. La conversación tensa y emotiva de ambos.
Todo se ha acabado.
Dos mundos se separan.
Ellos lo saben, pero hay que intentarlo.
“No puedo”.
El tablón solo admite a un náufrago. La mujer sale y baja por el callejón mientras sigue parpadeando el letrero. Se despierta la hija, la arropa el padre y vuelve a la ventana. Ya no está la mujer, pero el letrero con la palabra bar sigue ahí, quizás para siempre.
¿Se pueden olvidar esas cosas que habiéndose aposentado en nuestra vida no nos han hecho ningún bien?
Bill Withers tenía necesidad de expresar todo aquello que la película le había suscitado y empezó a pergeñar la letra de una canción:
Ain't no sunshine when she's gone.
It's not warm when she's away.
Ain't no sunshine when she's gone
And she's always gone too long anytime she goes away...
Aquel tema le abrió las puertas del éxito. Sussex Record le contrató y pudo grabar el tema bajo la producción del gran Booker T. Jones y con el acompañamiento musical del grupo del teclista, The MG's, pero también con la guitarra solista de Stephen Still e incluso de Graham Nash. Todo un debut y un éxito inmediato en las listas de pop y Rhythm and blues. Al año siguiente el premio Grammy a la mejor canción.
Una de las primeras versiones fue la de Michael Jackson en 1972 siendo el tema de apertura en su álbum de debut en solitario, Got to be there:
Películas, anuncios, series de tv. y un montón de versiones que han prolongado el éxito de este tema que desmiente esa estúpida idea de que la belleza y la emoción no tienen su sitio entre la austeridad o la sencillez.
Así vio el tema la magistral Eva Cassidy:
Y éste el atrevimiento de Rahsaan Roland Kirk. con sus tres saxos sonando al mismo tiempo desde su boca.
Por último, una versión coral del famoso grupo sudafricano Ladysmith Black Mambazo con la voz solista de Randy Crawford:
1966 (X)
-
*“Eran las once de la mañana y empezamos a darle vueltas a unos riffs. No
llevábamos allí más de media hora y surgió la idea. Steve había estado
cantando ...
Hace 2 días
Fantástico el tema.
ResponderEliminarRepetido, como bien dices, en películas, publicidad...
Muy apropiado como banda sonora de la peli Notting Hill. Me encanta.
http://www.youtube.com/watch?v=tlP89pMc3UM
Bss
Fantastica historia .. que maestria ! gracias !
ResponderEliminarAsí, junto a una cerveza bien fría, con mucha discreción y en un momento cotidiano, y quizá rodeado de una tristeza que quizá no era suya sino prestada, dio forma a una de las mejores canciones... ésta.
ResponderEliminarCapaz de hacer genial a ese anuncio de loquequierasinventarte sinimportarquées...
Interesante historia. Una película triste motivo de inspiración. La canción es sencilla pero dice lo que quiere decir. La peli también es muy clara. Hace 3 años, siendo tutora de 2ª de bachillerato la elegimos los tutores como forma de abordar el tema del alcohol con los alumnos. Les gustó mucho. También en aquel momento esa película fue fuente de mucha inspiración y relexión.
ResponderEliminarHermosa entrada Krapp. El color de la voz de Whithers es inconfundible, me trajo a la memoria el conocido "Just The Two Of Us" junto al Grover.
ResponderEliminar¡El arte inspira el arte! Muy buena la semblanza y excelentes todas las versiones que has seleccionado. Llevo "Ain't no sunshine" en el ADN. Lo he bailado y tocado muchas veces. Mi amiga Vero (Verónica Tejero) lo canta muy bien. Te enviaré su versión.
ResponderEliminarSalud!
Una de las escenas más impresionantes de este drama clásico doble A, la que has escojido para esta semblanza,Doc., capaz de de quitarle las ganas de empinar la garrafa a los más pintados (la pesadilla del neon, sin duda). Un fondo musical que apagó (en los oscares) la sobresaliente actuación de Jack y Lee (aunque sus rostros no muestran estragos). Y de paso, ahora me entero porqué me gusta tanto ese estribillo Ain´t no sunshine. El legado de Bill es valioso para los que gustan del soul, el R&B y ese acercamiento al smooth jazz inicial que intentó Grover Washington y otros incluyendo el cancionero de Bill (hay un tributo de Al Jarreau que no está mal). Me gustó el atrevimiento de Roland Kirk. Gracias por el recordatorio, aunque sí hay algunos vinillos y espinitas de por medio que es mejor olvidar.
ResponderEliminarSalud
Es lo que tiene, Tesa; expresa como pocos un cierto estado de ánimo y ese ritmo de fondo se adecua fantásticamente bien a la solitaria caminata de Hugh Grant por un sitio tan reconfortante como Portobello Road.
ResponderEliminarGracias por supuesto a ti, Juan Carlos.
Las tristezas prestadas dan mucho juego cuando resuenan al calor de las propias, Borraeso. Pudo ser así como dices, o quizás no, pero bueno...está ahí y da gloria verla.
Un tema que siempre me ha gustado. Y la película es brutal.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Doc!
La canción dice lo que quiere decir pero está sujeta a cualquier interpretación que le querramos dar, Angie. Se usa mucho "Días de vino y rosas" como película pedagógica o incluso terapéutica en los centros de rehabilitación de exalcohólicos pero creo que más allá del problema específico tiene un valor universal.
ResponderEliminarGracias, Sebastián, estas canciones gustan de jugar con nuestros pulsiones profundas y eso tiene mucho que ver, como sabes, con el ritmo de base sobre el que se construye toda su armazón. Me encantará recibir la versión de tu amiga Vero.
Ahí me has dado, Nico, "Just The Two Of Us" es uno de esos temas que llevó grabado a fuego. Gracias por tus palabras.
Creo que son 24 las veces que se repite "I Know". Parece ser que a él le parecian demasiadas pero Booker T. y su equipo, vaya equipo, le convencieron para que lo dejase tal cual. Tanta insistencia le da más poderío a lo expresado, creo yo, y más cuando sale de esa voz poderosa y cálida. Un saludo, Armando.
ResponderEliminarCreo que la película es brutal por ese cambio de registro, Esther. Uno cuando empieza se imagina una de esas comedias, algo amargas, pero con final feliz de Blake Edwards y al final todotermina de forma dura, abrupta dejándote desolado. La canción transmite algo de esa desesperanza.
Me ha enternecido esta frase, Dr. Krapp:
ResponderEliminar"este tema que desmiente esa estúpida idea de que la belleza y la emoción no tienen su sitio entre la austeridad o la sencillez".
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLindo tema y hermosa película, un drama familiar por culpa del consumo excesivo de alcohol. De las versiones que has subido de "song ain´t no sunshine", he elegido el atrevimiento de ese músico al cual admiro Roland Kirk.
ResponderEliminarSaludos.
Me enternece que te enternezcas, Luis A. a lo mejor eso quiere decir que estás de acuerdo conmigo ¿o no?
ResponderEliminarCreo que la versión de Kirk subraya muy bien el dramatismo del tema con esos resoplidos tremendos sobre su(s) instrumento(s). Saludos, Hector.
Me encanta esa película que, como dice Armando, te da ganas de soltar la garrafa. El título engaña, "Días de vino y rosas". Dura, dura. Hay otra magnífica película sobre alcoholismo, "Días sin huella", oscar para Ray Milland, música de Miklos Rozsa.
ResponderEliminarSalud.
Recuerdo haber tocado Days of Wine and Roses en la academia de música. Una canción entre tantas que se empleaban para aprender a cantar y a entender la armonía.
ResponderEliminarImpresionante película. Y con ese título tan hermoso...
ResponderEliminarBesicos.
Yo creo que el título, Troglo, es muy expresivo sobre la que ocurre cuando nos "abandonamos" al placer de vivir sin reparar en las consecuencias. O sea algo muy cristiano pero que no deja de tener su parte de razón. Tengo por casa Días sin huella, una película muy dura del aparentemente, solo aparentemente, festivo Billy Wilder. Magnífico Ray Milland.
ResponderEliminarSalud
Está bien que se utilice para cuestiones pedagógicas, Valentín es un tema pegadizo y con mucha fuerza.
Sí, Sara, una película muy emotiva y cargada de intensidad. Otro beso para ti.