Si logramos despojar al Free Jazz de todo ese envoltorio ideológico que lo recubrió en su momento, convirtiéndolo en un fenómeno más contracultural y reivindicativo que propiamente musical. Si lo sacamos de los tugurios bohemios y “culturetas” del Village neoyorkino o de las caves de París. Si dejamos de lado el papanatismo de los jóvenes exquisitos, amantes de experiencias fuertes y subversivas. Si nos olvidamos de todas el odio, la polémica y el rechazo que provocó esa música. Si dejamos atrás todo eso, todavía seguirá en pie incólume la figura carismática y extraordinaria de Albert Ayler.
Esta versión de Summertime del año 1963 es una de las primeras incursiones discográficas de Ayler, una especie de álbum de presentación como ya indica su título “My name is Albert Ayler”. Fue realizado en Copenhague y contaba con la presencia de un contrabajista de 16 años fundamental en el jazz europeo de los siguientes cuarenta años: Niels-Henning Ørsted Pedersen. La marcha de Ayler a Europa, a Escandinavia en concreto, tuvo un efecto liberador para su trayectoria y entre otras cosas le permitió actuar con su gran ídolo y figura puntera del New Thing: Cecil Taylor. Debo decir que este Summertime no deja de recordarme aquella famosa interpretación de Lover Man por parte de Charlie Parker en los tiempos de su dramática experiencia en Los Angeles. Si Parker era Bird, Ayler fue conocido en su primera juventud como Little Bird por su enorme maestría. Todo un síntoma.
Su primer álbum en su país recibe el significativo título de Goin’ Home y es verdad, Albert Ayler ha vuelto para quedarse y lo hace con una serie de discos en los que se atreva con temas tradicionales. Temas gospel en muchos casos, que trata con tanta reverencia que apenas se permite improvisaciones con ellos. Hay una búsqueda constante de la trascendencia y quizás creía que su reinterpretación de los viejos himnos le podía dar la clave. Viejos temas tensados al máximo, afilados sin tregua y que vibran en sus labios feroces, hasta hacer que lleguen a otro espacio indefinible.
Para los críticos, el disco definitivo del músico de Cleveland es Spiritual Unity de 1964. Un álbum que deslumbró a John Coltrane convirtiéndole hasta su muerte en el primer adalid de la música de Ayler, tan necesitada de valedores. La pasión era tal que se dice que algún disco muy comercial de Trane tenía como objetivo financiar la carrera del otro. En 1967, cuando el propio funeral del prodigioso tenor, Albert Ayler tocó varios temas del álbum. Uno de ellos este demoledor Ghosts.
Se construye una melodía y luego se va desmoronando. Baja a lo más profundo, a los sonidos esenciales -gruñidos, alaridos, gemidos- y luego vuelve a recrearse de nuevo con una pureza renovada.
Se suceden las grabaciones en directo. Forma un grupo estable con Sonny Murray y Gary Peacock. También toca con Don Cherry y con su propio hermano Donald. Firma con la discográfica Impulse y graba un disco de estudio titulado: Love Cry (1967). Los más ortodoxos dentro de la ortodoxia consideran que se ha comercializado y pierde algo de su irreverencia free. El disco está llena de guiños musicales: desde músicas primitivas -indias o africanas- pasando por fanfarrias militares, hasta sonidos cercanos al funky o al rhythm and blues.
Las puntuales acusaciones de comercialización de sus primeros discos con Impulse, alcanzan cierta generalización en su última etapa. La misma crítica que nunca le perdonó su heterodoxia ahora se ceba con él por todo lo contrario. Tanto "Music Is the Healing Force of the Universe" como "New Grass" son tratados de forma muy dura, y recibe acusaciones de haber derivado hacia un absurdo misticismo gratuito. Algo sorprendente ya que si algo caracterizó la trayectoria del saxofonista es su insobornable e implacable búsqueda de la espiritualidad a través de la música, antes incluso de que John Coltrane lo pusiera de moda dentro del jazz. El cadáver ahogado de Albert Ayler en el East River a finales de 1970 después de semanas desaparecido, quizás nos habla de un fracaso en esa búsqueda o quizás no, quizás nos habla de su paso a otra dimensión. ¿Una dimensión regocijante?
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ese Nobody knows cuando va al grave...
ResponderEliminarSolo le conocía de oídas (lecturas, más bien) en las carpetas de los discos de Coltrane. Me ha gustado, en ocasiones me recuerda al Dolphy de Far Cry y Love Cry me ha recordado a Ascension. De nuevo te tengo que dar las gracias por darme la oportunidad de escuchar a un músico al que "tenía ganas".
ResponderEliminarDr.Krapp, este es un gran músico, pero dificil de asimilar por la mayoría de las personas que lo escuchan. Creo que era un adelantado musicalmente hablando. Al final de su vida, conseguir trabajo le era cada vez más difícil.Diversos rumores sobre la causa de su muerte- que van desde cuestiones relacionadas con las drogas, asesinato por la policía y suicidio. Su amante María de Parques reveló a la policía que Ayler le expresó su intención de quitarse la vida pocos dias antes de que su cuerpo fuera encontrado flotando en East River.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Maravillas del recuerdo, Doc. Anduve poray el último "couple" de años de Ayler y ví más de un negro portando su álbum "Music is the healing force of the universe", donde cantaba su amante. Nunca llegué a escucharlo, hasta hoy.
ResponderEliminarAntes de nada he de decir que ayer tuve una de esas típicas desgracias que conocéis los que soléis trabajar con Blogger. Después de trabajar en la entrada durante varias horas, al intentarla publicarla se me perdió todo. Tenía por delante media hora de ordenador y de prisa y corriendo, con lo que recordaba, hice la entrada tal como apareció ayer. Hoy he modificado alguna falta cometida por la premura de tiempo y aunque no pueda volver a la entrada tal como la hice al principio, por lo menos es ahora más legible.
ResponderEliminarCuando va al grave, gravita o te hace gravitar, Myriam.
ResponderEliminarCreo que merece la pena incluso en sus discos menos valorados, hay un enorme sentimiento detrás, .
Es difícil de asimilar pero se vuelve asequible si nos quitamos los prejuicios de encima,Hector, todo lo que interpreta tiene su lógica interna. Nunca tuvo mucha suerte con el trabajo y tenía que actuar en Europa para poder mantener su estatus.
No puse temas de ese álbum que no he encontrado en Youtube, Armando; aunque en el concierto en directo del último clip, Ayler interpreta el tema principal de ese disco:
http://www.youtube.com/watch?v=rhzRdTDYux4
Un saludo cordial
creo dr. que si despojas al free de su componente revindicativo, lo sacas del momento, ... quiza asi pueda pasar como con el bop y el hard bop que fuera de contexto y perfectamente adecuado a las exigencias academicas da una musica tan bonita como terriblemente aburrida.
ResponderEliminarah, ayler!!!! ¡que decir! poesia en estado crudo. coltrane dio una buen pista en el tema que abre "meditations": "the father and the son and the holy ghost". ¡bendita paloma!.
lo que en revisionistas como marsalis son referencias azucaradas y con tics academicos, en ayler es la locura de las fanfarrias lanzadas al paroxismo. toda la tradición esta en su trasgresion. y por otra parte jefe de escuela de figurones como mcphee, brotzmann, gustafsson....
mi gran experiencia ayleriana fue hace ya mas de una década. festival de itxassou. en escena el grupo de free rock etage 34, el saxofonsita michel doneda (y no recuerdo si estaba kent karter o actuo luego con michel portal en un homenaje a guernika)... en la llanura de un campo de vuelo sin motor, con vistas a la costa cantabrica (las luces de faros y de los pesqueros en la noche). mientras improvisan, por las laderas del monte se ve que se van acercando, ser`pemtenado por pequeños caminos rurales, dos fanfarrias que han salido de dos pueblos cercanos. poco a poco la impro se mezcla con la musica popular de las fanfarrias (pasacalles vascos). cuando llegan ambas frente al escenario suena "ghost". los pelos como escarpias. cuando muera quiero eso. una fnafarria tocando "ghost" a toda pastilla, en un loop alocado. paso qeu digan que fui buena persona, ¡que digan que fui un hijo puta!, pero joder que me dejen escuchar. eso mola!!!!!!!
No se si es que hoy estoy con la mente más en el "Camp Nou" que en este musical espacio, pero la cuestión es que no he dsfrutado como con otras propuestas. Desconocía a este músico totalmente. La primera vez siempre cuesta...
ResponderEliminarUn cordial saludo
La foto de inicio tiene mucha fuerza, se vive el esfuerzo físico y mental de Ayler. Parece que está tocando ese fabuloso Summertime. Fotaza la de Love Cry.
ResponderEliminarA mi con Ayler me pasa que lo valoro como un gran músico que lo es, lo admiro, pero luego me cuesta mucho escuchar su música y menos un disco entero. Se hace duro. Si fuera en directo seguro que ahí lo pasaría super bien y sentiría el embrujo de Ayler.
Es una entrada que me viene muy bien para entrar más en el mundo de Ayler.
Un beso, Doc!
Pues yo Jesús, sigo creyendo que el Free como cualquier otra música tiene y además debe tener sentido por si mismo ya que esa es la mejor manera de garantizarle su perdurabilidad. Cuando el mensaje musical solo remite a unas determinadas circunstancias temporales, lógicamente cuando esas circunstancias desaparezcan perderá valor la música. Eso no quiere decir que la música no pueda ser entendida desde esos factores ambientales, al contrario nos sirve para comprenderla mejor. Muy bonita reflexión final: Música más allá de la muerte.
ResponderEliminarEjem Luis, después de lo acontecido será algo complicado que tengas suficiente interés en entrar en esta mundo algo complejo del Free Jazz incluso en la vertiente más asequible de Albert Ayler. Quizás en otra ocasión.
ResponderEliminarPoco a poco, Esther, el atracón es siempre lo peor con estos músicos más complejos. Es cuestión de acostumbrarse a su sonoridad y luego dejarse llevar por él hacia su mundo personal, como nos dejamos llevar por un hermoso poema aunque no sepamos su significado.
Un beso
Desde luego, no dejaba indiferente a nadie, era difícil pasarlo por alto. A mí me gusta, pese a todo, o quizá por todo, por su fuerza. Por cierto, como foto me gusta también la de la portada de "Witches & Devils".
ResponderEliminarSalud.
Albert Ayler con su saxo por encima de él y de fondo una escalera. Una mirada en primer plano como asustada, sorprendida o quizás a la expectativa. Una foto muy interesante que quizás hable de su actitud ante la vida, Troglo.
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