Si tengo cita para jugar al golf, puedes apostar tu vida a que llueve.
Doy una fiesta, y se queja el tipo de arriba.
Creo que voy por la vida cogiendo resfriados y perdiendo trenes.
Todo me pasa a mí.
Nunca me pierdo nada. He tenido el sarampión y las paperas.
Y cada vez que juego un as, mi pareja es quien triunfa.
Creo que sólo soy un tonto, que nunca miro antes de saltar.
Todo me pasa a mí.
Al principio, mi corazón me decía que podría romper este maleficio.
Que el amor daría fin a la farsa y terminaría la desesperación.
Pero ahora no puedo engañar a esta cabeza que piensa para mí.
He hipotecado todos mis castillos en el aire.
He telegrafiado, telefoneado e incluso he enviado un correo aéreo especial.
Tu respuesta fue un adiós y luego tuve que pagar los gastos de envío.
Me enamoré una sola vez, y tenía que ser de ti.
Todo me pasa a mí.
Se dice que Frank Sinatra subió a los altares musicales cuando actuó en medio del delirio de sus fans el 30 de diciembre de 1943 en el Teatro Paramount de Nueva York. Un año antes era vocalista en la orquesta de Tommy Dorsey y ya era considerado el cantante más importante del momento. Tommy Dorsey, un tipo implacable y con un enorme olfato comercial, sabía la perla que le había arrebatado a Harry James en 1940 y puso alrededor del músico de Hoboken todo aquellos elementos que resaltase las enormes cualidades del cantante. Matt Dennis era uno de ellos y se convirtió en el compositor de referencia en las primeras grabaciones de Sinatra y Dorsey en febrero de 1941. El primer tema de aquel disco tenía letra de un periodista y poeta aficionado de la costa Oeste, Tom Adair. Una balada triste y autocompasiva en primera persona sobre un individuo que vive instalado en la mala suerte pero que sabe reírse de si mismo.Doy una fiesta, y se queja el tipo de arriba.
Creo que voy por la vida cogiendo resfriados y perdiendo trenes.
Todo me pasa a mí.
Nunca me pierdo nada. He tenido el sarampión y las paperas.
Y cada vez que juego un as, mi pareja es quien triunfa.
Creo que sólo soy un tonto, que nunca miro antes de saltar.
Todo me pasa a mí.
Al principio, mi corazón me decía que podría romper este maleficio.
Que el amor daría fin a la farsa y terminaría la desesperación.
Pero ahora no puedo engañar a esta cabeza que piensa para mí.
He hipotecado todos mis castillos en el aire.
He telegrafiado, telefoneado e incluso he enviado un correo aéreo especial.
Tu respuesta fue un adiós y luego tuve que pagar los gastos de envío.
Me enamoré una sola vez, y tenía que ser de ti.
Todo me pasa a mí.
La primera versión instrumental relevante de este tema pertenece a un álbum que más que un disco parece una blasfemia para muchos que tienen a Charlie Parker como un Mesias de la nueva música. Charlie Parker with Strings, un disco de 1949 que alguna vez habrá que empezar a mirar sin tantos ridículos prejuicios.
¿Por qué un músico como Thelonious Monk tan reacio a tocar composiciones de otros, con la excepción de su idolatrado Duke Ellington, interpreta esta sencilla balada en su segundo álbum en solitario? Se trata de una actuación en directo, en la sala Fugazi de San Francisco. Monk en ese 1959 está en la cumbre de su popularidad gracias en parte al trabajo de productor de Riverside Records, Orrin Keepnews, que lo ha proyectado a la fama. Vende discos y puede actuar libremente en Nueva York, después de la retirada de su carnet de trabajo durante gran parte de los 50, hasta el punto de que las salas pelean por contratarlo. Hasta la revista Downbeat, que siempre lo ha ignorado, lo considera el mejor músico del momento en el año 1958. Esta es la versión balbuceante, profunda y casi desgarradora que ofrece el maestro de Everything happens to me. Un tema nacido para ser interpretado por un cantante nos llega a la médula en una versión instrumental. Eso sí que es prodigioso.
Pero no podemos prescindir de la voz cuando se agarra al tema como si fuera su propia piel. Frank Sinatra no dejaba de ser el poderoso, seguro y contundente Frank Sinatra cuando cantaba este tema. Chet Baker, en cambio, se instala en él y lo llena de su propia fragilidad existencial. Cuando oímos a Chet, cantando o tocando su trompeta, nos da la sensación de que es un equilibrista que se juega el tipo en cada paso - a veces torpe- que da sobre el alambre. Pocos temas reflejan tan bien esta inestabilidad dolorosamente bella como su versión más conocida del tema, para mí la definitiva.
Sí, la versión de Chet Baker es una delicia, por más que me guste Sinatra.
ResponderEliminaryo soy muy de sinatra (adoro todo ese material de capitol). y coincido contigo en lo del parker con cuerdas. antes de tenerlo tanto en vinilo con ese nombre como en version cd lo compre de segunda mano un vinilo frances de verve/polydor. "the definite charlie parker vol3" una recopilacion cronologica que que era el "con cuerdas" mas dos temas con combo "normal" (lo que resultaba un pegote). lo impagable la portada. una especie de gallina caponata con el plumaje tipo bandera americana y las piernas con medias negras. de un tal peter wandrey. el amigo troglo alucinaria. deberia mandarsela.
ResponderEliminarUn tema perfecto para 3 tipos maltratados por la vida. Dicen que Sinatra era tan pobre que lo único que tenia era dinero. Monk y Chet ni eso , pero fueron 2 tipos que sobrepasaron con creces las penurias de la canción... Frank es uno de mi cantantes favoritos y siempre lo hace fenomenal. Chet es pura angustia y verdad y Monk parece que llevaba 3 noches sin dormir cuando grabo esto,,,,,,
ResponderEliminarUna melodía que le ha servido a cualquiera de los buenos y malos del Jazz y del pop para contar sus malos momentos, Doc. Tengo las tres versiones pero me sigo quedando con la de Frank (uno siempre identificándose con los menos favorecidos).
ResponderEliminarEn su estilo las dos son muy hermosas, Tesa.
ResponderEliminarEs verdad que es una portada muy curiosa, Jesús, a mi también me llama la atención. Supongo que será ésta la que dices:
http://www.die3knoepfe.homepage.t-online.de/Cover/Charlie%20Parker.jpg. La original creo que también tenía pajaritos.
Es una canción sencillita pero da mucho juego, supongo que ideal para esos tres personajes en el que también podías colocar a Bird, Kuto. Frank es mucho Frank, valga el tópico. A Chet la canción le va como anillo al dedo. Monk lleva al tema su tono enigmático y lo recrea sin hacerle perder su esencia.
ResponderEliminarPues sí, tal cual, Armando. Yo cada vez que pienso en el bueno de Frankie "Ojos azules" viniendo a España en búsqueda de su amada Ava Gardner que prefería la compañía festiva de toreros y bailaores, casi le entiendo.
esa es. muy pop art pero no se si muy apropiada :-)
ResponderEliminarMe parece muy bonita la interpretación de Chet Baker, me gusta escucharla, además la canción no me es extraña.
ResponderEliminar....Tienes razon Dr. Se me paso la de Bird y su disco de strings que me encanta. Estoy de acuerdo contigo. Ese disco de Bird con orquesta era una apuesta comercial pero de mucha calidad. Para mi forma de ver, tenia hasta la portada del disco bonita, Recuerdo que era un dibujo pintado a la acuarela de Bird tocando su saxo.
ResponderEliminarFrank , para mi, representa la perfección del canto en los géneros que aborda. Y es una pena que teniendo a miles de chicas detrás suyo , tuviera tan mala suerte en el amor. Celos, cuernos y los amores interesados no dejaron vivir en paz a Frank; pero claro no se puede tener todo en la vida, y si no se conoce el sufrimiento no hay arte...
Me gustan más tus grullas, Jesús :)
ResponderEliminar¿Qué quieres decir con eso de que no te extraña, Angie? Me has dejado intrigado.
Kuto, creo que Parker estuvo muy implicado en la producción del disco y quedó muy satisfecho del resultado final, mal que les pese a los que quieren dar una imagen unívoca del músico.
Reconoce que colgarse de aquella magnética Ava y por lo tanto sufrir por sus otras aventuras es hasta cierto punto justificable.
Vuelve a leerme, se te ha pasado un "es", "no me es extraña", me sonaba.
ResponderEliminar¿Aclarado?
Las tres versiones de ese tema son maravillosas y complementarias, estoy seguro que si hubieses elegido una cuarta, sería la del Trio 64 de Bill Evans. Matt Dennis también nos hizo temblar con Angel Eyes. Abrazos Doc.
ResponderEliminarAclarado, Angie.
ResponderEliminarSí que lo son, Nico. Estuve a punto de poner otra versión de Stan Getz que me gusta mucho y es de su disco en Estocolmo. No conozco la de Bill Evans y corro raudo y dispuesto a localizarla en la red. Abrazos
Je, je, siempre me pareció una canción con una letra un poco absurda pero, bien interpretada, es magnífica. Y, casualidades de la vida, me ha llamado mucho la atención el comentario de Nicolás, porque siempre me sorprendió que en el "Trio 64" adjudicaban la autoría de la canción a Hoagy Carmichael y Johnny Mercer, cuando yo siempre pensé que era de Adair y Dennis. Claro que en algún otro disco la he visto a nombre de Rodgers & Hart. Algún día hablaremos de esto.
ResponderEliminarSalud.
Sí, hay que reírse de uno mismo, tener sentido del humor es genial porque te aplaca las neuras personales. Quizá la versión que más honda me llega sea la de Chet, la borda. Parece que me cante al oído, en la intimidad de mi ser.
ResponderEliminarUn beso.
PD. Troglo, tu sabes mucho.
A mi me gusta la letra, Troglo. Confieso mi debilidad por los antihéroes y me resulta divertido ver al poderoso Frankie como un ser compungido y tristón cosa que, en cambio, le va como anillo al dedo a Chet Baker. Los autores del tema son Aldair y Dennis, así aparece en las diferentes fuentes, supongo que lo del disco de Bill Evans se trata de un error en la edición.
ResponderEliminarSalud
Estoy muy de acuerdo contigo: reírse de uno mismo es el mejor camino para relativizar las cosas y por lo tanto llevarlas de mejor manera, Esther. El susurro es a veces más impactante que el grito o por lo menos igual de poderoso. Hay que ver el partido que les han sacado los chicos de la Bossa Nova a los susurros.
Un beso
Has elegido uno de las baladas más hermosas que se han escrito. Me quedo con la de Chet (parece que en cualquier momento va a empezar a llorar) y con Monk en la "sencillez" del piano solo.
ResponderEliminarYa recomendé este disco hace unos meses y este fué uno de los temas escogidos.
http://jazzcordoba.blogspot.com/2010/04/monk-solo.html
Troglo me preocupó, fui a revisar mi disco de Evans, y figuran Adair y Dennis, pero en el disco “Just in case you forgot how bad he really was” de Sonny Stitt, figuran Carmichael y Mercer en la autoría del tema, tenía razón. Errores deliciosos para nosotros enfermos de jazz.
ResponderEliminarSi Frank Sinatra estuviera en los altares yo frecuentaría más los templos...
ResponderEliminarMe alegro de que pensemos de forma parecida en lo relativo a esta hermosa balada, Dizzy. Un disco muy interesante el de Monk
ResponderEliminarUn error, Nico que sería más difícil que ocurriese al revés al atribuir a Adair y Dennis un tema de Carmichael y Mercer. Cuestiones de popularidad.
No lo creo, Luis. Creo que tampoco irías aunque en vez de un Te Deum interpretasen Porgy and Bess.
ResponderEliminarYa te contesté en el otro blog, Anónimo vocacional.