En una hermosa narración, el escritor argentino Cesar Aira glosa la figura de Cecil Taylor en 1956 cuando después de una formidable formación académica decide lanzarse al mundanal ruido para dar a conocer al público sus portentosos hallazgos musicales.
“En su cuarto había un piano que no siempre podía hacer afinar por falta de los catorce dólares necesarios, y era un mueble ya casi póstumo. Dormía allí por la mañana y parte de la tarde, y salía al anochecer. Trabajaba de lavacopas en un bar. Ya había grabado un disco (In transition) y esperaba algunos trabajos temporarios en bares con piano”
Es curioso constatar el paralelismo entre los orígenes familiares de Cecil Taylor y Duke Ellington, el gran ídolo musical del pianista free. Los dos eran hijos de la pequeña burguesía negra que ejercía la servidumbre en hogares de políticos blancos. Los dos vivían en comunidades blancas y recibieron una educación musical exquisita en la que la figura materna tiene un papel esencial. Cuenta Ted Goia que la propia madre de Cecil era amiga de Sonny Green, batería ilustre de Duke Ellington.
Cecil siempre fue un tipo decidido y según sus propias manifestaciones en 1954 ya había forjado su estilo musical. En su disco inicial, aparentemente ortodoxo, tenemos una versión del Bemsha swing de Thelonious Monk . Es evidente el contraste entre el sonido austero y espacioso del compositor en la grabación original, con el barroquismo y la "politonía desmadrada" de Taylor.
Volvamos a la narración de Cesar Aira. Tenemos pues a Cecil Taylor en 1956 a punto de dar el salto al escenario. Él no es ingenuo y sabe que le va a ser difícil conectar con el público general e incluso con el público aficionado al jazz. Para más inri su primera actuación va a ser en un tugurio lleno de drogadictos, alcohólicos y algún que otro músico. Esperaba quizás la indiferencia y se encontró con las risas. No volvió a actuar allí. Algo semejante ocurrió en su segunda actuación en directo. Cecil no comprendía lo que le estaba pasando. Puede entender la indiferencia, incluso alguna forma de rechazo, pero no que se le tome a broma.
Subitamente le llega la oportunidad de tocar en la meca: el Village Vanguard. Hora y horas ensayando en su destartalado piano para preparar su día D. Un día D con F de fracaso:
"No hubo más que unos aplausos condescendientes: «al menos sudó». Esto lo desconcertaba. En la parte posterior del escenario había algunos músicos que desviaron la mirada con una sonrisita de monos. Fue a sentarse a la mesa donde estaban sus conocidos, que hablaban de otra cosa. Uno le tomó el codo e inclinándose hacia él sacudió lentamente la cabeza hacia la derecha y la izquierda. Con una gran carcajada, alguien prorrumpió en un «Después de todo, ya terminó». El crítico de jazz más prominente de la época estaba sentado unas mesas más allá. El que había sacudido la cabeza fue a conversar con él y regresó con este mensaje:
-Sinhué -así lo llamaban al crítico entre ellos- hizo un silogismo claro como un cielo sin nubes: el jazz es una forma de música, por tanto es una parte de la música. Como lo hace nuestro buen Cecil no es música, tampoco puede aspirar a la categoría de jazz"
Cecil decidió seguir a lo suyo, con sus trabajos eventuales y sus muchas horas delante de su teclado. Un día recibe una extraña invitación. Tocar en la hora del té de Gloria Vanderbilt, siempre necesitada de dar un toque de originalidad a sus famosas veladas artísticas. Los Vanderbilt junto a los Rockefeller son la auténtica aristocracia de una ciudad aparentemente plebeya como Nueva York. La actuación dura exactamente 20 segundos. Fue la propia señora Vanderbilt la que cerró la tapa del piano, todo un gesto esnob como comenta Cesar Aira en su relato.
Luego llega un contrato para actuar durante una semana en otro de esos bares plagados de camellos y yonquis. Duró escasos tres minutos antes de la aparición del patrón que con gesto adusto le preguntó si quería tomarles el pelo.
"Esa noche caminó por las profundas calles del sur de la isla, pensando. Había algo curioso: la actitud del difuso irlandés que vendía heroína no difería gran cosa de la que había mostrado poco antes la señora Vanderbilt. Pero ambos personajes no se parecían en nada. Salvo en esto. ¿Pasaría por ahí, por el acto de interrumpirlo, el común denominador de la especie humana? Por otra parte, en las últimas palabras del sujeto encontraba algo más, algo que ahora reconstruía en el recuerdo de todas sus desdichadas presentaciones. Siempre le preguntaban si lo hacía en broma o no."
Cuando ese verano participó en el Festival de Newport y la frialdad fue absoluta. Tampoco la recepción mejoró cuando le invitaron a actuar en una universidad o más tarde en la Copper Union, una entidad que promocionaba a músicos de vanguardia. Para Cesar Aira ni siquiera el esnobismo propio de estos ambientes podía entender o justificar la revolución musical de Cecil Taylor.
"Cecil abandonó uno de sus empleos habituales y con algo de dinero ahorrado pasó los meses de invierno estudiando y componiendo. En la primavera surgió un contrato por unos días, en un bar de Brooklin, donde se repitió lo de siempre, lo de aquella primera noche. Cuando volvía a su casa en el tren, el movimiento, el paso de las estaciones inmóviles produjo en él un estado propicio al pensamiento. Entonces advirtió que la lógica de todo el asunto era perfectamente clara, y se preguntó por qué no lo había visto antes: en efecto, en todas las historias con que Hollywood le había lavado el cerebro siempre hay un músico al que al principio no aprecian y al final sí. Ahí estaba el error: en el paso del fracaso al triunfo, como si fueran el punto A y el punto B que une una línea. En realidad el fracaso es infinito, porque es infinitamente divisible, cosa que no sucede con el éxito"
michel portal
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michel portal, clarinete
hestejada de las arts. uzeste. 19 agosto 2023.
Hace 15 horas
por aquí sigo, al ritmo de la melodía.....un besito y prospero año nuevo
ResponderEliminarcecilio es uno de los musicos a los que (expresión de por aqui) hay que echar de comer aparte. es mas que un pianista (mi pianista, dicho de paso). un creador total que en su universo incluye la danza, la poesia.... vanguardista y lanzado al futuro. pero en su toque encuentras toda la tradicion del jazz. maestro de maestros. varios palmos de discos avalan mi pasion tayloriana.
ResponderEliminartaylor aparte, tambien me gustan otros tipos que tocan el piano :-)
Una entrada para aprender a conocer aun músico singular, Doc.
ResponderEliminarTaylor es un monstruo del piano, pero la radicalidad de sus planteamientos (a veces parece que toca la batería con las teclas) le aleja de cualquier etiqueta o convención. A muchos aficionados al jazz, como a los de otros tipos de música, les gusta identificar lugares comunes en la música que escuchan. Cecil Taylor lo pone muy difícil, puesto que su 'percusión' pianística es única e inclasificable.
ResponderEliminarCuando un artista inventa un lenguaje que no esta asumido por la sociedad, se encontrará con los consabidos rechazos y fracasos para sus propuestas.
ResponderEliminarEsos artistas de vanguardia solo podrán apoyarse en las minorias preparadas para el progreso y para el cambio (generalmente gentes cultivadas, sin miedos, tolerantes, rebeldes, progresistas y/o rupturistas que aman la aventura de lo nuevo... ). Cecil Taylor es un creador de lenguaje; un genio del arte y del jazz en particular. Todo esto con independencia de que nos guste, o no, su musica.
Feliz 2012.
Salvaje e indómito Cecil Taylor. Hace tiempo que no lo escucho y esta entrada me obliga.
ResponderEliminarVenía a otra cosa: a desearte a ti a tus lectores un 2012 lleno de swing.
¡Salud y jazz!
Mmmmm hoy sin saberlo Dr. me has tocado en uno de mis puntos débiles ¿sabes? verás, yo descubrí el freejazz con Coltrane, fíjate. Me costó, mucho no creas, lo mismo que me costó pillarle el punto a Arnold Schönberg ( creo que ya sabes que para mi van de la mano en disfrute el jazz y la clásica:-) Este estilo de rotura de moldes armónicos, improvisación casi constante y atonalidad a palo seco puede romper el oído si no se le da tiempo, la atonalidad de Schönberg como en el del padre del freejazz, Ornette Coleman, no son nada fáciles de digerir, creo que todo lo que va por libre y rompe con lo habitual, siempre es difícil.
ResponderEliminarPues bien, yo creo que si Coleman que fue el padre saxofonista del freejazz, seguramente Cecil Taylor fue su padre al piano, un derroche de virtuosismo de intensidad extrema y fuerza tanto con el piano, como hacia el público... te dejo un trocito de lo que todos consideran su obra maestra...
CONQUISTADOR ( no sé si a ti te lo parece)
Normal que les despellejaran cuando empezaron a romper la ortodoxia del jazz y que nunca cuajara, obviamente todo lo que suena difícil, no es fácil de vender...pero sin duda, Cecil Taylor de ser concertista de clásica sería en mi opinión el Arthur Rubinsteine del freejazz. Este hombre encarna como nadie, la energía y libertad sobre las teclas y casi te diría...hasta fuera de ellas...
¡¡Míralo con creo que 80 años!! si es que lo de este hombre es...¡¡increíble!!! parece un chavalín :-)
No sabes lo bien que me ha venido pasarme por tu casa hoy Dr., necesitaba limpiar mi cabeza con algo así. Como siempre mil gracias.
Un beso muuuy grande y tooodo lo mejor para este 2012 a puntito de empezar ¡¡¡MUY FELIZ AÑO!!!
Espero que aquí, me sigas enseñando tanto como este año que se acaba, en música has sido mi gran descubrimiento del 2.011 :-)
Otro beso y los mejores deseos para ti, ANIKA.
ResponderEliminarTu entusiasmo hacia Cecil es casi contagioso, JESÚS. He de reconocer que como a mucha gente me cuesta entrar en los vericuetos de la música de Taylor pero una vez conseguido es extremadamente gratificante. Una mente creativa siempre traspasa los límites e intenta abrir otros caminos en territorios distantes de los que le son propios.
Gracias, ARMANDO. Solo es una pincelada de sus orígenes a partir de un escrito literario.
Predisponerse a la sorpresa no es tarea fácil, ESPECTRO. Tal como dices, todos buscamos lugares comunes a los que nos podamos agarrar. Incluso en el jazz donde la improvisación es esencial, el público valora más la reinterpretación de piezas conocidas que la interpretación de temas originales, lo cual a veces conduce a cierto academicismo.
ResponderEliminarYo desconfío un poco del concepto de "gente cultivada" y no porque no crea en su existencia sino porque muchas veces lo que se esconde es el esnobismo y la superficialidad. En determinados ambientes el estar a la page, a la moda es más importante que sentir las cosas. Y si no sentimos lo que escuchamos, poco importa lo demás.
Feliz año, KUTO.
Muchas gracias FÉLIX, necesitaríamos muchos espíritus indomables como el de Cecil para combatir mejor por nuestros anhelos en estos tiempos miserables.
ResponderEliminarMis mejores deseos para ti y para tu excelente e imprescindible blog.
Creo que lo que tienen todos esos autores, como por ejemplo pasa en literatura con Proust, Faulkner o Joyce, es que nos piden un esfuerzo suplementario para poder entrar en su mundo y tener el oído atento para descubrir lo que realmente es bueno de lo que se disfraza de complejo pero solo es artificioso y pedante. No es tarea fácil ya que la vanguardia está plagada de falsarios y timadores. Por eso, muchos se refugian en el canon conocido, el establecido como clásico y ejemplar.
Me gusta mucho ese Conquistador, es una sinfonía llena de recursos inesperados.
Gracias por tus palabras,MARÍA.
Un abrazo. Muy feliz año para ti.
Debo confesarte Doc que a mí me cuesta escuchar a Taylor. Siempre he creído que el arte tiene dos lentes con el que mirarlo, el gusto y la apreciación. Love Me Do de los Beatles me encanta, me llega, me pone la piel de gallina, pero el momento de tratar de apreciarla (técnica, armónica y rítmicamente) no veo nada interesante. Todo lo contrario me pasa con Cecil Taylor, entras dentro de su música y descubres tesoros maravillosos, pero me cuesta volver a escucharlo, me agota, me abruma, no acierto en ningún momento lo que está por venir. Pero como dice Félix vine a otra cosa, a desearte a ti y a todos tus seguidores un maravilloso 2012.
ResponderEliminarLa vanguardia musical es muy compleja (creo que mas compleja que en el resto de las artes) porque exige mucho compromiso del espectador durante mucho tiempo (no se puede escuchar un tema musical de a momentos como quien pone el señalador en un libro y continúa luego).
ResponderEliminarAdemás está históricamente comprobado que el oído es el mas conservador de todos los sentidos, de hecho en la historia de las artes, la música siempre fué un período atrás que el resto de las expresiones artísticas: en el renacimiento la música era todavía medieval, en el barroco la música era renacentista, y así durante siglos hasta que se llegó al período romántico en donde se emparejaron las cosas.
Hoy día en las salas de conciertos no abundan Bartok, Schoemberg, Stravinsky, etc. Una persona capaz de disfrutar de la vanguardia plástica, literaria, teatral, etc., es probable que no escuche mas allá de Ravel.
El oído occidental está educado muy tonalmente y lo que sale de allí molesta.
Hay una anécdota famosa que cuenta que una vez trajeron a un músico africano (músico tribal), a un concierto sinfónico occidental; cuando le preguntaron que le había parecido, contestó que lo que más le había gustado era la parte anterior a que entrara el director de la orquesta: era el momento en donde los músicos afinan y tocan ejercicios de calentamiento al mismo tiempo previo al concierto.
Cecil debería haber probado suerte fuera de occidente, tal vez allí habría sido apreciada su música, pero no como vanguardia.
Si bien no es el caso de Cecil, en muchas ocasiones, la vanguardia sin seguidores termina en onanismo.
Muchas gracias Dr. Krapp por esta magnífica entrada dedicada a este genial artista.
Que tengas un muy feliz año nuevo!
Dr.Krapp, este es uno de los pocos pianistas que nunca he podido digerir, la verdad es que no le encuentro encanto alguno. Puede que sea un musico genial, como algunos lo califican, hasta elmomento no lo puedo digerir.
ResponderEliminarQue tengas un Feliz Año 2012.
Salud, Doc. Bueno, al menos la historia de Cecil ha tenido un final feliz, aunque nunca será popular, desde luego. Es difícil, a veces extremo, pero es alucinante cuando le coges el punto.
ResponderEliminarFeliz y jazzero año, Doc. Seguiremos encontrándonos por aquí.
DIOS BENDIGA A LAS BIBLIOTECAS MUNICIPALES!!!Lo conocía de nombre, por supuesto, pero nunca me había metido con él, hasta que ví su mítico "Conquistador!!!" en la biblioteca municipal de Vigo. Me lo llevé a casa y aluciné, era evidentemente vanguardia...pero me gustaba!!! Yo creo que la vanguardía se divide en varios subestilos, o por lo menos dos: los vanguardistas que de verdad hacen avanzar la música, y los que se limitan a montar el mayor jaleo posible.
ResponderEliminarBueno, hoy toca, no?:
Por si con la previsible avalancha de felicitaciones no me identificas : (soy el de “elbluesyotrashierbas” y “milesandltrane”)
FELIZ 2012 Y MUCHA SALUD!!! (si tenemos el dinero justito para vivir, todo lo demás es secundario), SIN SALUD NO HAY NADA...
FELIZ ENTRADA DE AÑO Y MEJOR SALIDA!! (fuck the crisis)
Un abrazo
Mario
Saludos doc y muchas felicidades ,ha Taylor lo tengo enfrascado con "Conquistador" del que todos hablan como su obra maestra .Con este post nos das el pie para indagar mas aun en su catalogo
ResponderEliminarUn abrazo y buen 2012
Creo personalmente que el arte no hay que mirarlo, es mucho más importante sentirlo. Somos esclavos de una jerarquía del gusto que nos impone unas cosas sobre otras. Según esa jerarquía un tema tan sencillo como el que citas que aparece en el primer disco de los Beatles debe ser de menor importancia que cualquier disco de Cecil Taylor. Incluso llegamos al convencimiento de que algo falla en nosotros por no captar sutilezas tan evidentes para otros mortales. Sin embargo olvidamos que muchas opiniones solo están cargadas de petulancia y esnobismo. Como ya he dicho el jazz es territorio propicio para el disfraz y lo que aquí llamaríamos el "rollo pseudointelectulal", una lacra social demasiado extendida.
ResponderEliminarFeliz Año, NICO. Muha suerte en tu maravilloso programa de radio.
Me encanta tu comentario, AUGUSTO y estoy muy conforme con lo que dices aunque con alguna matización. La música occidental fue un género muy conservador con respecto a otras artes también porque estuvo mediatizado por el estamento profesional que lo dirigía y lo controlaba, sectores eclesiásticos o nobiliarios. Además los instrumentos musicales que le dieron un nuevo rango a la música son bastantes recientes y fue a raíz de su desarrollo cuando surgieron nuevas propuestas innovadoras.
ResponderEliminarMuchas veces el problema de la vanguardia es ese onanismo que citas, pero pasa igual en la pintura. Cuando ësta pasó de ser una mera representación de la realidad y optó por lo que Rubert de Ventós llama "ensimismamiento" pasó de ser un arte mayoritario a un arte minoritario donde solo los "entendidos" podían dar las directrices de lo que es bueno y lo que es malo.
Feliz Año Nuevo.
Es cuestión de gustos como todo. Quizás lo que ocurre es que nos tomamos la música demasiado en serio y queremos comprenderla cuando solo tenemos que dejarnos llevar por ella sin intentar retenerla. Luego es cuando podemos hacer blance y decidir si merece o no merece la pena el esfuerzo que nos ha exigido su audición. Por supuesto hay temas de Cecil Taylor absolutamente insufribles.
ResponderEliminarFeliz año, HECTOR
A mi al menos me resulta divertido aunque no siempre, TROGLO. Por ejemplo ese célebre Conquistador tiene momentos de una expresividad extraordinaria, sobre todo cuando Cecil lleva solo las armonías, alternando con otros tempestuosos y brutales.
Feliz y jazzero año.
Antes las bibliotecas y ahora el Spotify e Internet. Cecil es un señor que en principio da algo de miedo y todos lo ven con cierto distanciado respecto.A saber por donde va a salir. Pero eso es precisamente lo que debemos descubrir en él, la sorpresa. Es el arte de lo inesperado y solo por eso debería ser más atrayente.
ResponderEliminarFeliz año, MARIO, me temo que lo de la crisis va para largo. Pero también se puede sacar cosas muy positivas de ella.
Mientras te escribo estoy escuchando Conquistador y me resulta subyugante cuando te liberas de la necesidad de comprender la música aunque a veces es difícil.
Abrazos y un estupendo 2012, LUTHER.
Querido Dr. Tengo una enfermedad que me tiene obsesionado , no dejo se sentir melodías...por todos los lados...es más pienso que me enseñan a vivir y emocionarme caa día,,,a cada minuto.....es una locura..? debo de preocuparme si me miran rarito cuando escucho..tarareo y brinco...sin más ni más ? en medio de la calle quizás..? no ´se....será que siento demasiado la música...o será que sencillamente ésta está en todo lo que hacemos....como fiel acompañante de todo lo que hacemos...? será que la vida es una melodía preciosa doctor..? acaso debo de dejar de emocionarme...cantar ..llorar ? no sé que me `pasa doctor....pero vivo..siento..lloro..río...a golpe de melodías maravillosas.
ResponderEliminarNada...como el doctor no me contesta..ji..ji...seguiré con mi enfermedad.....dios que cruz..¡¡¡¡ ja.ja.ja.....
Encima...un melómano...guayyyy¡¡¡
Te doy las gracias por el comentario..en el blog de María amigo.
Gracias (con música....celestial)
No seas tan impulsivo que ya te contesto, JOSE FRANCISCO. Está claro que tu enfermedad tiene los mejores augurios, propicia una vida saludable y además es terriblemente contagiosa. Tan contagiosa que yo la prescribiría como de obligado cumplimiento en cualquier circunstancia o momento.
ResponderEliminarEspero verte en otras ocasiones por aquí. No tienes nada que agradecerme por el comentario, ha sido un placer.