
Dicen que el desprestigio del saxo en la música clásica tiene su origen en la actitud prepotente y altiva de su inventor, el fabricante belga Adolphe Sax; unido al temor de los constructores rivales hacia un instrumento que según Berlioz, el primer músico que compuso un tema para él: "es de tal naturaleza que no conozco ningún otro actualmente en uso que pueda comparársele, a ese respecto. Es pleno, blando, vibrante, de enorme fuerza y susceptible de endulzar".
Una opinión singular muy diferente al de la mayoría de compositores de mediados del siglo XIX que consideraban al saxo como un instrumento para bandas, verbenas y circos.
Fueron precisamente las bandas militares las que supieron sacar partido de este nuevo instrumento, hasta el punto de crearse para ellas, una cátedra de saxofón en el Conservatorio de París . Por razones económicas esta cátedra, que había sido ocupada por el propio Adolphe Sax, desapareció en 1870 y hasta comienzos del siglo XX apenas hubo obra clásica en que el saxo tuviera alguna intervención.
A principios del siglo XX y gracias al entusiasmo de una norteamericana, Elise Hall, gran divulgadora y promotora de este instrumento, volvieron a componerse obras con el saxo como solista. Fue la insistencia de Elise Hall la que consiguió que Claude Debussy aceptara componer a regañadientes -para él, el saxo era un instrumento muy menor- la Rapsodia para orquesta y saxofón alto:
Marcel Mule fue uno de los padres del saxofón clásico y el que consiguió dotar a este instrumento de un prestigio antes impensable en la música sinfónica. Entre sus innovaciones, está el uso y desarrollo del vibrato. Su fama fue tal que logró interesar a grandes compositores, que se decidieron a escribir obras exclusivamente para que su famoso cuarteto las interpretase. Aquí aparece en Goyescas de Enrique Granados.
Jean-Marie Londeix es un saxofonista francés de fama mundial. Fué discípulo de Marcel Mule y se convirtió, ya en los cincuenta, en uno de los primeros instrumentistas de viento capaz de interpretar recitales completos. Ha organizado festivales internacionales y fundador de la Asociación de Saxofonistas de Francia y del International Saxophone Committee. Ha creado todo un sistema pedagógico para el instrumento y es el responsable de haber convertido el Conservatorio de Burdeos en el mejor centro de estudios de saxofon del mundo.
Una opinión singular muy diferente al de la mayoría de compositores de mediados del siglo XIX que consideraban al saxo como un instrumento para bandas, verbenas y circos.
Fueron precisamente las bandas militares las que supieron sacar partido de este nuevo instrumento, hasta el punto de crearse para ellas, una cátedra de saxofón en el Conservatorio de París . Por razones económicas esta cátedra, que había sido ocupada por el propio Adolphe Sax, desapareció en 1870 y hasta comienzos del siglo XX apenas hubo obra clásica en que el saxo tuviera alguna intervención.
A principios del siglo XX y gracias al entusiasmo de una norteamericana, Elise Hall, gran divulgadora y promotora de este instrumento, volvieron a componerse obras con el saxo como solista. Fue la insistencia de Elise Hall la que consiguió que Claude Debussy aceptara componer a regañadientes -para él, el saxo era un instrumento muy menor- la Rapsodia para orquesta y saxofón alto:
Marcel Mule fue uno de los padres del saxofón clásico y el que consiguió dotar a este instrumento de un prestigio antes impensable en la música sinfónica. Entre sus innovaciones, está el uso y desarrollo del vibrato. Su fama fue tal que logró interesar a grandes compositores, que se decidieron a escribir obras exclusivamente para que su famoso cuarteto las interpretase. Aquí aparece en Goyescas de Enrique Granados.
La especialidad de Sigurd Rascher era los sonidos agudos. Siendo alemán tuvo que huir del nazismo que veía en el saxo un instrumento indigno de la raza aria. Se instaló en Dinamarca y luego en Estados Unidos, convirtiéndose en uno de los primeros solistas de saxo en aparecer en las salas de concierto de aquel país. Fue un innovador en el uso de la boquilla y mejoró de forma notable el concepto tonal del instrumento:
Jean-Marie Londeix es un saxofonista francés de fama mundial. Fué discípulo de Marcel Mule y se convirtió, ya en los cincuenta, en uno de los primeros instrumentistas de viento capaz de interpretar recitales completos. Ha organizado festivales internacionales y fundador de la Asociación de Saxofonistas de Francia y del International Saxophone Committee. Ha creado todo un sistema pedagógico para el instrumento y es el responsable de haber convertido el Conservatorio de Burdeos en el mejor centro de estudios de saxofon del mundo.