
Parece ser que Charles Mingus no tenía excesiva buena opinión de la psiquiatría. Llevaba muchos años con un analista e incluso en una de esas situaciones tragicómicas que le tocó vivir, después de acudir un día al Hospital de Bellevue para pedir ayuda psicológica consiguió, muy a su pesar, que acabaran internándolo. Pero su irresistible sentido del humor le permitía hacer cosas tan extrañas como pedirle a su psiquiatra favorito que le sugiriese las letras de algún tema. Uno de ellos es éste que encabeza la entrada. (Se puede escuchar un fragmento). Tampoco nada de ésto es seguro, Mingus tenía una enorme capacidad para la fabulación y era capaz de inventarse cualquier cosa para echarle un poco de teatro al asunto..
Un tipo tan excéntrico, radical y tumultuoso, amante de las escenas teatrales y con un humor de mil demonios, tenía que hacer una música en consonancia con su personalidad y la hizo, vaya si la hizo.
Empezó en el jazz tocando con Louis Armstrong, colaboró con Duke Ellington y Charlie Parker y como en esa grabación tan extraordinaria del Festival de Antibes hizo buenas migas con el free Eric Dolphy. Estaba en todas partes y no estaba en ninguna. Podía lanzar unas declaraciones incendiarias atacando un estilo musical o incluso a un músico al que no tuviera simpatía y pocas semanas después realizar una jam session con él y tocando esa música que rechazaba con ardor.
Era Charles Mingus y todo lo que tocaba pasaba a incorporarse a su propia forma de hacer las cosas. Indefinible e indescriptible. Como este tema que suena de fondo que es una mezcla de soul, blues, jazz tradicional, gospel y todas las etiquetas que se quieran poner.
Por último, es curioso que siendo tan iconoclasta, tan suyo, tam individual haya tanta gente que se considera su heredera musical e incluso espiritual. Do ejemplos:
El precioso disco de Joni Mitchell titulado Mingus editado en el mismo año de su muerte, 1979 con un grupo fastuoso. Aquí la tenemos interpretando el tema emblema del contrabajista: Goodbye Pork Pie Hat:
Otros ejemplos de esta veneración musical se refleja en temas e incluso discos de homenaje como Weird Nightmare: Meditations on Mingus de 1992 y en los diversos grupos de jazz que llevan el propio del contrabajista: The Mingus Big Band, Mingus Orchestra y esta Mingus Dynasty, un grupo repleto de ases, que vió así en 1980 el mismo Better Get It In Your Soul que podemos escuchar de fondo: