La llamada "música del diablo" tiene cosas endiabladamente extrañas. Robert Johnson fue poseído por su Satánica Majestad en persona. Más modesto, Alex "Rice" Miller fue poseído por el alma de John Lee Williamson, otro cantante y armonicista de blues, más joven y tan vivo como él.
¿Tan vivo? Sin duda menos que el propio Rice Miller que no tuvo mayores reparos en usar en su programa de radio -King Biscuit Time de la KFFA de Arkansas- y a sugerencia de sus patrocinadores, el mismo apodo, Sonny Boy Williamson, que era con el que había triunfado en Chicago, John Lee. Habiendo oído hablar del carácter irascible de aquel, un tipo que no tenía reparos en sacar la pistola si la ocasión lo precisaba, Rice Miller no publicó ninguna grabación ni se aventuró a actuar más allá del Delta del Misisipi hasta la muerte del otro.
La trayectoria musical del primer Sonny Boy, el original, se trunca bruscamente en 1948. El 1 de junio es asesinado a pocas manzanas de su casa, en el Southside de Chicago, por un marido celoso. Tenía 34 años y era el hombre que habiendo popularizado la armónica en el blues se había convertido en su rey indiscutible. Este es su primer éxito de 1937:
Hasta 120 temas llevó a grabar en apenas 10 años John Lee, Sonny Boy Williamson I y su forma de tocar la armónica, por debajo de la afinación, creó el estilo que con posterioridad sería el imperante en el género. También fue uno de los pioneros del nuevo blues urbano de Chicago, siendo mentor y modelo para las jóvenes promesas del movimiento.
Un tipo raro Rice Miller, al que desde ahora llamaré Sonny Boy Williamson II. Su pinta excéntrica en las imágenes de su gira europea -con su barba de chivo, sus trajes oscuros, su bombín- lo hacen más parecido a un enterrador de película del Oeste que a un cantante de gran éxito y adorado por los adalides del blues blanco. El mismo Miller se preocupo de dejar en tinieblas muchos datos primordiales de su vida. Pudo haber nacido entre 1897 y 1912, aunque en su lápida aparece como fecha 1908, y procedía de una familia de aparceros agrícolas. En los 30 actuó con el seudónimo de Little Boy Blue y compartió escenario con todos los grandes del Delta, incluyendo a Robert Johnson. En 1941 se "rebautiza" y se convierte en un personaje fundamental en el mundillo del blues gracias a su famosísimo programa donde debutarán gente tan fundamental como Elmore James. Temas como Nine Below Zero, Help Me, Eyesight to the Blind, One Way Out o Bring It on Home lo hicieron ser en uno de los grandes compositores del género en los 50 y convertirse en uno de los ídolos indiscutibles para la generación del blues británico en los 60. Aquel hombre, acostumbrado a los pequeños clubs y tugurios de su tierra natal, quedó absolutamente deslumbrado cuando en su primera gira europea en 1963. le resultaba asombroso comprobar que allí podía actuar en grandes teatros y pabellones, alojarse en los mejores Hoteles y ser solicitado para grabaciones por los jóvenes músicos británicos: The Animals, Eric Clapton, Jimmy Page etc... Cuando volvió a su tierra le costó Dios y ayuda convencer a sus paisanos de que había recorrido mundo y conocido a grandes personalidades. En realidad, le costó mucho volver a su tierra donde era un negro más y como tal, debía soportar los latigazos de la discriminación racial. Pero lo hizo, quizás sabiendo que le quedaba poco tiempo de vida, aunque eso sí, agradecido como era a su tierra de acogida, adoptó para siempre la vestimenta de un verdadero "gentleman british": desde el bombín a los pies.
Extraño y endiablado mundo, el mundo del blues.
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patetico pensar que todos estos nombres, aunque de forma algo oscura, sobrevivan principalmente gracias a los nuevos profanadores de tumbas. los blanquitos que edulcoraron su música para llegar a estrellas del star sistem -que si rollings, que si seppelin....- la sgae (o a quien corresponda) deberia de perseguirles a ellos, que son los que se han enriquecido, por copiones.
ResponderEliminarCaray con Sonny Boy, es bastante alucinante. Su música tiene fuego y alma como su propia vida. Es lo que se llama un músico auténtico.
ResponderEliminarSe puede tocar buen Blues o buen Jazz sin vivir experiencias, sin arriesgarte en la vida... siendo conservador y sin salir casi de tu propia ciudad, como hacen muchísimos músicos españoles? No lo sé.
Un abrazo Doctor Krapp!!!!!!
Muy buen músico Sonny Boy Williamson, que gran sentido del blues.Creo que esta aptitud es muy propia de los músicos negros, y que sólo algunos músicos blancos poseen.
ResponderEliminarSaludos
Por supuesto que hay relación entre vida y obra, pero cada vez tiendo más a separar para evitar condicionamientos.
ResponderEliminarMe gusta el blues en general
Bueno es lamentable como tú dices lo que hicieron, Artal pero también fueron los que contribuyeron a sacarlos del ostracismo en el que vivían en su país. En la serie The Blues de Scorsese y concretamente en el capítulo dirigido por MIke Figgis dedicado al blues británico, B.B. King, Muddy Waters, en declaraciones antiguas, y otros no dejan de agradecer la acogida que tuvieron en Gran Bretaña por los jóvenes músicos cuando en Estados Unidos eran considerados un fenómeno residual. Ese elogio en Europa contribuyó a que fueran aceptados por el stablishment musical blanco de USA. Es cierto que los chicos del blues inglés entraron a saco en su repertorio, pero supongo que era el precio que había que pagar.
ResponderEliminarLos dos Sonny Boy son memorables, Esther aunque siempre tengamos más presente al segundo dada la temprana muerte del primero.
Me encanta la pregunta que haces, yo mismo me la he hecho muchas veces y creo en general que quien no arriesga y no se juega el pellejo difícilmente podrá avanzar en cualquier tarea artística aunque tengas más técnica que nadie en el mundo.
La mejor música caribeña la hacen los músicos caribeños, así como el mejor flamenco lo hacen la gente que lo ha mamado desde incluso antes de nacer. El blues es una música nacida del alma negra, de sus angustias y de sus miserias, de sus alegrías y de sus fracasos, un blanco puede tocar o cantar formidablemente bien hasta la última nota pero como tenga algo de ese hálito, de esa chispa, de ese duende nunca sera un buen bluesman, Hector.
ResponderEliminarEn teoría estoy de acuerdo contigo, Luis Antonio, esa es una polémica muy antigua, en la que incluso estuvo comprometido alguien tan aparentemente poco polémico como Marcel Proust en sus críticas contra Saint Beuve que sostenía que la obra siempre es un espejo de la vida.
Bien, quizás la cuestión no estribe tanto en la vida por si misma, si no enlas experiencias vividas que construyen una determinada visión del mundo que luego incide como un telón de fondo en la obra artística.
De cuando los músicos no sólo eran músicos, eran leyenda, con vidas al límite. Imagina alguien que puede decirte que ha tocado con Robert Johnson. ¡Glubs!
ResponderEliminarSalud.
Vaya pulmones, los de esta gente.
ResponderEliminar...Y labios de goma megaresistente.
Besos Doc.
Eran tiempos tumultuosos donde los músicos eran como los antiguos juglares, iban de pueblo en pueblo, tocando y cantando donde podían, a veces en tugurios de mala muerte donde había toda clase de intercambios, legales y clandestinos. La vida se hacía complicada y las posibilidades de perderla no era una mera hipótesis, Troglo.
ResponderEliminarImagínate la de los trompetistas, con sus labios sangrantes tras largos conciertos. Luego se metían de todo y no se privaban de cualquier cosa que pasara por delante de sus narices. A veces los pulmones estaban destrozados por el tabaco pero se abrevian a seguir cantando con sus caños rotos, Tesa.
Ha tocado Vd. una de mis fibras sensibles, Dr- Krapp. La armónica fue el primer instrumento que aprendí a tocar, y nunca lo he dejado (suelo acudir con mi arsenal de armónicas de blues a las jam sessions) Sonny Boy Williamson One & Two constituyen por sí solos el tomo I y II de la historia de los armonicistas de blues. Admiro y escucho a muchos, pero mi favorito es, por razones sentimentales (mis primeros blues con armónica los aprendí de él) el gran Little Walter. Otro que le vendió su alma al diablo.
ResponderEliminarUn abrazo. La semana entrante le enviaré lo prometido.
Sí, Little Walter es el tomo 3 de esta historia y luego vendrían Junior Wells y tantos otros. Por si no lo conoces te recomiendo un disco de armonicistas de blues donde actúan juntos el propio Junior Wells, Billy Branch, James Cotton y Carey Bell.
ResponderEliminarUn abrazo