En mi última entrada en el Círculo de los Suicidas Perezosos he escrito un relato de temática victoriana, esa época tan sugestiva para cualquier lector o narrador.
Hablemos brevemente de sus músicas o de lo que conocemos de ellas.
En el Reino Unido aquel fue un tiempo de eclosión triunfante, que forjó un imperio mundial y que sufrió las consecuencias de una Revolución Industrial que trajo progreso para unos y pobreza para la mayoría, los escapados del mundo rural que acabaron hacinados en suburbios insalubres y casi esclavizados por la nueva economía capitalista.
Para todos, solo había un elemento unificador y que desde 1919 a 1901, fue el emblema de aquel territorio convulso y contradictorio. Obviamente, me refiero a la Reina Victoria a la que The Kinks homenajearon de forma irónica en uno de sus temas más conocidos del que os dejo la
Para todos, solo había un elemento unificador y que desde 1919 a 1901, fue el emblema de aquel territorio convulso y contradictorio. Obviamente, me refiero a la Reina Victoria a la que The Kinks homenajearon de forma irónica en uno de sus temas más conocidos del que os dejo la
Una sociedad dividida como aquella tenía una música dividida. La música de las élites en los suntuosos teatros y salas de concierto y la música popular de verbenas, music hall, cabarets y pubs.
En el territorio de la música clásica con la excepción de Henry Purcell en el siglo XVII, no habían nacido un movimiento compositivo autóctono e importante. Dependían basicamente de la genialidad de músicos de otros países, atraídos por los posibilidades de los grandes teatros y auditorios británicos desde mediados del siglo XVIII.
Handel, Haydn, Mendelssohn, Liszt o Grieg se pasearon triunfalmente por la isla y su música fue tan venerada e interpretada como en el resto de Europa.
Fue a mediados del XIX cuando se produjo una reacción nacionalista aunque sin la virulencia de otros países. Como en ellos, se adaptaron temáticas populares y se creó un género ligero representado por las celebres operetas del músico Albert Sullivan y del libretista William Gilbert, los célebres Gilbert and Sullivan. Por su parte, el gran compositor Edward Elgar fue el gran compositor del período, aunque la posteridad lo recuerde especialmente por sus marchas ceremoniales y patrióticas, como en este vídeo de abajo, su más claro ejemplo.
Fue a mediados del XIX cuando se produjo una reacción nacionalista aunque sin la virulencia de otros países. Como en ellos, se adaptaron temáticas populares y se creó un género ligero representado por las celebres operetas del músico Albert Sullivan y del libretista William Gilbert, los célebres Gilbert and Sullivan. Por su parte, el gran compositor Edward Elgar fue el gran compositor del período, aunque la posteridad lo recuerde especialmente por sus marchas ceremoniales y patrióticas, como en este vídeo de abajo, su más claro ejemplo.
En el territorio de la música popular hay temas de éxito singular que han perdurado a través del tiempo. Música alegre y comunitaria que se cantaba a coro en los pubs y tabernas de Londres ya que la clase trabajadora bebía cerveza en el pub mientras los aristócratas ricos bailaban el vals en los salones de baile. Patear las piernas en el aire y emborracharse contrastaba con la mojigatería de las clases altas victorianas.
'Knees up Mother Brown' se convirtió en un clásico obsceno de lo cockney, un símbolo y producto estrella de la cultura del East End. La leyenda dice que había una alusión a la Reina Victoria necesitada de algún meneo tras la muerte del principe Albert.
En ella se inspiraron diferentes autores para sus propias creaciones como es el caso de Richard Sherman para Mary Poppins con su "Step in Time"
El music hall es un espectáculo tipicamente británico contemporáneo del vodevil yanqui o la revista española, que vivió su momento de esplendor hasta el final de la Primera Guerra Mundial. En este vídeo que os adjunto, Tom Carradine hijo del fallecido actor americano David Carradine, ofrece un potpurri con fragmentos de las más afamadas canciones del music hall en estricto ranking de popularidad según la British Music Hall Society.
Para terminar, dos personajes representativos que encarnan en nuestra memoria aquella época y que tienen temas musicales dedicados.
Para terminar, dos personajes representativos que encarnan en nuestra memoria aquella época y que tienen temas musicales dedicados.
Screaming Lord Sutch fue un tipo extravagante y excentrico que intentó llevar a las islas el estilo gótico y siniestro de su admirado Screamin' Jay Hawkins mucho antes de Alice Cooper, Frank Zappa y similares. Contó con la amistad de grandes del rock británico como Jimmy Page, Jeff Beck, John Bonham o Keith Moon, y tras un período de shows escénicos mezclando lo terrorifico con lo grotesco, decidió dedicar su vida entera a la política en su vertiente sarcástica y anarcoíde. Una depresión profunda le llevó al suicidio en 1999. Su canción más conocida está dedicada a un icono victoriano, Jack el Destripador.
Hay otro tema dedicado a Jack el Destripador, mucho más conocido pero sin duda menos divertido. Este de Morrisey, el legendario cantante de The Smiths.
Terminemos con Dickens y hagámoslo con buen sabor de boca a través de uno de sus grandes personajes.
Este tema de Elvis Costello y sus The Attractions está inspirado en aquel ejército de niños mendigos que capitaneaba Oliver Twist en la maravillosa novela que lo tenía de protagonista.
Hay otro tema dedicado a Jack el Destripador, mucho más conocido pero sin duda menos divertido. Este de Morrisey, el legendario cantante de The Smiths.
Terminemos con Dickens y hagámoslo con buen sabor de boca a través de uno de sus grandes personajes.
Este tema de Elvis Costello y sus The Attractions está inspirado en aquel ejército de niños mendigos que capitaneaba Oliver Twist en la maravillosa novela que lo tenía de protagonista.
El vídeo de Tom Carradine, el hijo del actor americano que todos conocimos por la serie 'Kung-Fu', me ha descolocado por completo. Interesante curiosidad.
ResponderEliminarLa de los Kinks es una obligada, y aparte nos dejas a un buen elenco de buenos artistas de todos los géneros. Si no recuerdo mal, fue precisamente la reina Victoria quien popularizó la Marcha nupcial de Mendelssohn, al que mencionas.
Me ha gustado ver aquí un tema de Mary Poppins. Casualmente estuve a punto de publicar en mi blog una sencilla entrada con 'Chim chim Cheree' de la película y su versión a cargo de Louis Armstrong, pero no lo hice porque, más allá de gustarme el tema, no sabría qué escribir de ella, por falta de conocimiento. Tengo mucho cariño a Mary Poppins, película que en mi infancia iba enlazada al imaginario victoriano tardío, aunque sea una producción americana y esté ambientada en la época inmediatamente posterior. ¿Por qué será que para tanta gente la huella victoriana tiene algo de nostálgico que ligamos a la infancia? Dickens tiene parte de culpa, sin duda. Además, tanto en lo bueno como en lo malo, esos avances sociales en contraste con el pasado más clasista fueron una de las puertas a la mentalidad más contemporánea.
Un saludo, Doctor.
A mí ese vídeo me resulta divertido leyendo las letras.
EliminarEscribía Eric Hobsbawm uno de los más grandes historiadores del siglo XX, marxista de pro y escritor de jazz, en un libro extraordinario que te recomiendo: "La invención de la tradición" que muchas de las tradiciones británicas surgieron en los tiempos de la Reina Victoria. El kilt, la falda escocesa con determinados cuadros en función de ser de uno u otro clan nació en esta época. Lo mismo el folklore institucionalizado, las marchas, los himnos, la parafernalia de las coronaciones o la marcha nupcial.
Mary Poppins es una comedia ejemplar que vive mucho de esa imagen victoriana tardía con esos elementos de fantasía que la vinculan a Peter Pan o a las novelas de Dickens o la Alicia de Lewis Carroll.
Quizás tu has dado la respuesta a tu pregunta: Dickens con su Olivier Twist, Grandes esperanzas, David Copperfield etc..., Lewis Carroll, Stevenson con La Isla del Tesoro, Mary Shelley, Bram Stoker, HG Wells o Joseph Conrad pueblan los mejores relatos de nuestra infancia.
Saludos
Al hilo de lo que dice Rodión, es además curioso el hecho de que esas nostalgias victorianas, e incluso la obra de Dickens, tienen poco que ver con el pasado del pueblo español. Es un asunto eminentemente británico, pero por alguna razón desconocida para que nos afectase también a nosotros. Aunque por supuesto en mucha menos medida: un grupo como los Kinks nunca habría surgido aquí, por desgracia.
ResponderEliminarEl caso es que aunque yo soy bastante anglófilo (en lo musical, mayormente), nunca me ha atraído el music hall, el vodevil ni ese tipo de géneros tan de allí. De hecho ni siquiera "Victoria" es una de mis canciones preferidas de ese grupo... al que por otra parte adoro. Somos un manojo de contradicciones, está claro.
No tienen que ver con nuestro pasado, pero si con nuestra infancia a través de sus relatos. La literatura victoriana que conocemos tenía un magnetismo que no tenía la literatura propia y más en tiempos de censura franquista o postfranquista. Las ediciones de Bruguera hicieron mucho por la lectuara de muchas generaciones, luego sustituidos por Guillermo Brown, Los cinco y todas las series de Enis Blyton.
EliminarSobre gustos se pintan colores. El music hall es para un rato. Yo vi el Mikado de Gilbert and Sullivan con Dagoll Dagom y es divertida por la variedad y por su sentido del humor pero también se hace algo larga.
Elvis Costello y su ritmo es aun muy actual.Los musicales de aquella época son un poco largos y lentos pero ese: supercalifragilisticoespialidoso aún se tararea solo con ver la imagen del desollinador o a Mery.Petula Clark tenía una voz preciosa , la recuerdo con la melodía Downtown aun engancha...
ResponderEliminarUna entrada con muchas nostalgias; me encantan esos vinilos que hoy son tan codiciados.
Un abrazo de finde ;))
Costello mola mucho y suena alegre. Los musicales de aquell época, como acabo de escribir, aunque son variados en estilo se hacen largos. Mary Poppins es una obra moderna y combina elementos modernos con ciertas formas victorianas siendo rápida y sugestiva. A mi me gusta mucho esa película y no soy muy del género.
EliminarLas nostalgias las ponemos nosotros con nuestros recuerdos.
Un abrazo para toda la semana, Bertha.
Nunca se me hubiera ocurrido realcionar alguna de la música que aquí nos regalas, con la época victoriana... lo que da de sí la capacidad de relacionar ; ) Fíjate, de esta entrada excepto a Mary Popins, Morrissey y Costelo, no conozco a nadie .. meeencanta Mary Popins aunque no tenga nada que ver mentalmente siempre la relaciono con Sonrisas y Lágrimas, a , Julie Andrews le va lo de ser niñera/institutriz y hay que reconocer que canta y baila de maravilla, se le debe desencajar la mandívula de tanta sonrisa, incluso en los peores momentos la luce... debe ser que aquello de ..."con un poco de azúcay y esa píldora que os dan" lo tiene interiorizado. Sabes de repente a que extraño en este desfile victoriano musical ...a ¡Lewis Carroll! no te va a llevar a su país de las maravillas, pero yo sí, porque además, la banda sonora que le ha hecho Danny Elfman a Tim Burton, es preciosa for you ; )
ResponderEliminarMil gracias por este ratito, siempre lo paso de maravilla, lástima de tiempo! : (
Muchos besos y que esta semana sea buena contigo.
Elegí algunos temas por la temática y otros por ser parte de aquella historia.
ResponderEliminarMary Poppins es un musical vinculado a nuestra niñez como otros clásicos como Chitty Chitty Bang Bang o La Bruja Novata. Yo me acuerdo que por culpa de un castigo mis padres no me dejaron ver Mary Poppins en el cine y me agarré una buena. Me gusta su dinamismo, la riqueza de sus canciones y ese toque entre solemne y burlesco que caracteriza la película. Hay una película, Al encuentro de Mr. Banks, interpretada por Tom Hanks y Emma Thompson, sobre las dificultades que tuvo Walt Disney para conseguir los derechos para hacer la película dado el caracter y la personalidad de su autora.
Besos y abrazos, María. Feliz semana