" Bebe -dijo Colin.
Bebieron los dos. El resplandor quedaba adherido a sus labios. Colin volvió a encender las luces. Parecía dudar si quedarse de pie.
-Una vez al año no hace daño -dijo-. Creo que podríamos terminarnos la botella.
-¿Y si cortáramos la tarta? -dijo Chick.
Colin cogió un cuchillo de plata y se puso a trazar una espiral sobre la blancura pulida de la tarta. De repente, se detuvo y miró su obra con sorpresa.
Voy a probar una cosa -dijo.
Tomó una hoja de acebo del ramo de la mesa y, con una mano, asió la tarta. Haciéndola girar rápidamente sobre la punta del dedo, colocó, con la otra mano, una de las puntas del acebo en la espiral.
-¡Escucha!... -dijo.
Chick escuchó. Era la canción Chloé en la versión arreglada por Duke Ellington.
Chick miró a Colin. Estaba tremendamente pálido. Chick le quitó el cuchillo de la mano y lo hincó con ademán firme en la tarta. La cortó en dos y, dentro de la tarta, vieron que había un nuevo artículo de Partre para Chick y una cita con Chloé para Colin. "
Bebieron los dos. El resplandor quedaba adherido a sus labios. Colin volvió a encender las luces. Parecía dudar si quedarse de pie.
-Una vez al año no hace daño -dijo-. Creo que podríamos terminarnos la botella.
-¿Y si cortáramos la tarta? -dijo Chick.
Colin cogió un cuchillo de plata y se puso a trazar una espiral sobre la blancura pulida de la tarta. De repente, se detuvo y miró su obra con sorpresa.
Voy a probar una cosa -dijo.
Tomó una hoja de acebo del ramo de la mesa y, con una mano, asió la tarta. Haciéndola girar rápidamente sobre la punta del dedo, colocó, con la otra mano, una de las puntas del acebo en la espiral.
-¡Escucha!... -dijo.
Chick escuchó. Era la canción Chloé en la versión arreglada por Duke Ellington.
Chick miró a Colin. Estaba tremendamente pálido. Chick le quitó el cuchillo de la mano y lo hincó con ademán firme en la tarta. La cortó en dos y, dentro de la tarta, vieron que había un nuevo artículo de Partre para Chick y una cita con Chloé para Colin. "
(BORIS VIAN - La espuma de los días - 1947)
Dr.krapp, que buena incitación para leer a este buen escritor francés Boris Vian, que además fue músico de jazz y mostró diversas facetas bajo diferentes seudónimos, otras obras que escribió: Lahierba roja; Con las mujeres no hay manera; El otoño en Pekin, y otras que no recuerdo.
ResponderEliminarSaludos cordiales,
Y yo que tengo la sensación que sobre este campo se ha escrito poco y que todavía falta por llegar. Podrías aprovechar Dr. Krapp, que nunca se sabe. Me sigue gustando más lo nuevo, "el perseguidor" está un poco gastado, aunque sea una buena piedra maestra.
ResponderEliminarRecuerda amigo Hector toda la bronca contra cuando confesó que él era Vernon Sullivan, el escritor afroamericano que firmaba sus obras, y no sólo el simple traductor de las mismas. Os recomiendo este enlace del Deezer si quereis gozar un poco de su música:
ResponderEliminarhttp://www.deezer.com/#music/result/artist/boris%20vian
Hay muchas cosas que se pueden decir del jazz, Faroni aunque sería muy pretencioso intentar superar a Cortazar, Boris Vian o incluso a Muñoz Molina en El Invierno en Lisboa.
En la nueva literatura, la que yo conozco, no hay muchas referencias jazzísticas aunque si se adopta el estilo fragmentado e improvisado del jazz como forma de construcción de las narraciones.
Pues yo, mientras espero que mi lasaña se termine, aquí estoy escuchando, leyendo...y aprendiendo...!que bien!
ResponderEliminarUn saludo Dr. y gracias por este ratito
Pd:no tengo medios para hacerte llegar un audio conmigo al piano interpretando a Jobim. Pero cuando lo toque, aunque sea -sintigo-, me acordaré de ti
Me ha gustado, sobre todo, la trompeta...
ResponderEliminarTanto me ha gustado que he puesto a Duke Ellington en mi blog, y es una maravilla..
ResponderEliminar¡Humm! que gustazo
Besitos Doc
Precioso, como ma gustao. ,
ResponderEliminarInténtalo, Lola, nada me gusatría tanto que recibir ese audio. Bueno y si no puedes me envías un trozo de lasaña virtual.
ResponderEliminarCelebro que os haya gustado Luis Antonio, Lisebe y Soportándome. Duke es siempre Duke aunque también Boris Vian, aparte de ser un magnífico escritor, ha aportado cosas muy bellas a la música.
Estoy leyendo la biografía de Vian y buscando desesperadamente sus "Escritos sobre jazz".
ResponderEliminarEl jazz fue un inspirador de su vida y de los ambientes de sus historias. La hierba roja es un libro fabuloso.
Una vida al límite Félix. Sabiendo que tenía el tiempo contado se dedicó plenamente a la desmesura.
ResponderEliminarMuy narrativo pero seguramente muy triste.