Tiene que ser allí, seguro. Mejor preguntarle al tipo ese gordo que está fumando delante de la puerta.
- Oiga patrón, ¿es éste el club El Olimpo del Jazz?
- Efectivamente, my dear. Este es, sin ningún género de dudas, el auténtico y maravilloso Olimpo del Jazz.
- ¿Ese acento inglés? Solo puedes ser tú, Charlie Parker. No te reconocía. Es el momento más emocionante de mi vida. Ufffff no sé si podré soportarlo. Estar con Bird en persona. ¡Dios, que generoso eres conmigo!
- ¿Quién eres tú que tanto me aclamas?
- Soy Wynton. Wynton Marsalis, el trompetista. El heredero de tu genialidad.
- No te conozco pero si dices que eres el heredero de mi genialidad tendré que tomarte en serio. Toca algo, mientras llamo a los muchachos para que te oigan.
- Chico, no voy a negar que tienes una gran técnica pero estás tocando Donna Lee casi como lo haría yo. Interpreta algo de tu época, quiero saber como os lo hacéis los nuevos músicos
- Satchmo, aquí hay un tipo que te imita como nadie y quiere entrar en el club.
- Ahh eso no, Bird. Jejeje, las reglas son muy estrictas. Originalidad o nada. ¿No tienes nada propio o que puedas tocar a tu manera?
- Perdona Louis, interpretaré otra pieza. Teneis que entender que es muy difícil alcanzar la inspiración cuando te escuchan los más grandes.
- Mucho talento, una buena interpretación sin duda. Pero Wynton, esa pieza es y parece de Duke. Veamos, para que no piensas que tenemos prejuicios contra ti y la música de tu tiempo, llamaremos a alguien más joven.¿No te parece, Satchmo? Acércate, Miles.
- Uauuuu, Bird, tienes muy buena cabeza, que pena que no la usaras cuando eras un yonki.
- Deja eso ya, Louis, ¿estoy muerto, no? He pagado mis culpas. Oye ¿donde se ha ido ese negro?
- Ni idea. Cuando citaste a Miles Davis salió de aquí como si no quisiera que le alcanzase un rayo. No entiendo a esta gente joven, Bird. Todo era más fácil antes.
- ¿Tú crees, Satchmo?
La foto es mía y está hecha con un móvil en la puerta del famoso club Ronnie Scott. Pido perdón humildemente a Esther Cidoncha por semejante atrevimiento)
Sensacional post.
ResponderEliminarCon el debido respeto Doc. esa foto no la toma ni la mismísima Esther Cidoncha. Esa parte iluminada es Miles que acude a la invocación de Bird. No culpo a Wynton por escabullirse. A los suyo, que no es poco, preservar, formar, educar. Contra esos fenómenos no puede nadie. Por eso entiendo trompetistas actuales, tecnicamente bien dotados como Greg Adams, Chris Botti o Rick Braun buscando una ruta en el smooth.
ResponderEliminarEvidentemente, Marsalis, a lo suyo, tengo que coincidir plenamente con Solojazz en cuanto a que "preservar", "formar" y "educar", lo hace como nadie. Aunque me gustaría saber ¿Qué es necesario preservar? ¿a quién hay que formar? y ¿cómo hay que educar? El señor Marsalis me ha dado muchas respuestas, aunque yo hubiera preferido que me hubiera generado, suscitado, alguna pregunta.
ResponderEliminarEl Señor Marsalis me parece "perfecto" y es posible, una opinión muy particular, sin importancia, ahí se encuentre el problema.
Saludos, Doc an conpani:
ResponderEliminarMagnífico post, Doc. Wynton tiene que seguir currando para llegar al Olimpo. O a lo mejor tiene que currar algo menos, no sé.
Muy cierto es que el jazz no va a pasar a un nuevo estadio de desarrollo gracias a Wynton. No obstante, creo que hay que juzgarle en su contexto. ¿Cuántos de sus contemporaneos pueden reclamar una creatividad, un estilo propio? Pocos. Y muy pocos, o ninguno, son, técnicamente, mejores músicos. Y Armando pone, yo creo, el dedo en un punto importante: Wynton es un extraordinario divulgador del jazz, y eso hay que agradecérselo.
Saludos, y perdón por la chapa.
Gracias, NoguésArmando, la furia de Miles en sus momentos más desatados podía ser peor que la fuerza desbocada de un temporal tropical. Wynton, fue para muchos la esperanza antiMiles y creo que siendo muy joven fue utilizado por los tradicionalistas como ariete frente a las corrientes del jazz electrónico. Su labor como preservador de la memoria y educador del jazz es encomiable pero por el camino nos perdimos a alguien que podría haber llegado muy lejos como artista.
ResponderEliminarFélix estoy de acuerdo contigo. Tengo la impresión de que en esas labores de mantener lo que ya había, su labor ha sido decisiva pero como creador el globo se desinchó demasiado deprisa quizás porque antes había sido hinchado con demasiada precipitación por él mismo y la cohorte de críticos que le admiraban.
ResponderEliminarPerfecto y ahí está el problema. Nada más que decir, Félix, ya que también creo que ese es la cuestión. ¿De que sirve una perfección que no se trasciende a si misma?
Para mi, Troglo el excelente instrumentista Wynton Marsalis se ha perdido en la selva institucional, es decir, el cargo, la dirección de la Orquesta esa, la cuestión de ser el representante del jazz en las cuestiones oficiales etc... Como dije antes es indudable su capacidad como divulgador pero todos los que vivimos los 80 nos acordamos de que nos lo presentaron como la próxima frontera del jazz. Tampoco hay otros grandes innovadores, pero duele más cuando quien tiene las mejores circunstancias para serlo no lo consigue.
A veces pienso que los aficionados al jazz son como los judíos que pase lo que pase siempre permanecen esperando un Mesias. Este no será Wynton y es una pena.
¡Qué buena es la rivalidad cuando genera arte y potencia el talento!
ResponderEliminarComo se lo comenté en una oportunidad a Félix, a Marsalis lo encuentro demasiado perfecto, y eso le resta espontaneidad que es lo que precisamente la música de jazz tiene. Ha sido un buen anfitrión de jóvenes con talento a los que el les ha brindado apoyo.
ResponderEliminarSaludos.
La perfección implica conclusión y cierre. Wynton hace muchos años que puso el cierre a su creatividad, o así lo parece,Hector. No ha hecho nada innovador desde los veintipocos años en que tuve la suerte de oírlo en directo en dos ocasiones.
ResponderEliminarNo podrías haber descrito mejor la actitud y la música del Wynton. Hace años Keith Jarrett lo desafió a tocar un blues...parece que Wyn- igual que en tu post- salió como si no quisiera que le alzanzase un rayo. Hermoso post, saludos desde la capital mas cercana al cielo.
ResponderEliminarLo que más me asombra de este fenómeno de la trompeta es su precocidad...
ResponderEliminarSaludos Nicolás, bienvenido a este blog. Keith Jarrett montó en cólera cuando se emitió el célebre documental "Jazz" de K. Burns asesorado por Wynton, Crouch, Murray etc.. ya que consideraba que daba una visión sesgada del jazz olvidándose de las aportaciones de grandísimos músicos blancos (por ejemplo: Bill Evans tiene una única mención en un documental de 11 horas sobre esta música). Desde entonces Jarrett se convirtió en uno de los baluartes frente a la visión tradiconalista del jazz.
ResponderEliminarMuy precoz, Luis Antonio, aunque hay que reconocer que su padre ya era un músico muy reconocido en Nueva Orleans y que al menos dos de su hermanos son grandes y excepcionales músicos.
Pues la foto me gusta mucho! Tiene sabor y swing! Muy buena. Al igual que tu entrada. Me lo he pasado muy bien leyéndola. Así da gusto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Si te complace a ti, me doy por satisfecho.
ResponderEliminarUn abrazo, Esther