Hay muchas versiones que compiten por ser la original de este celebrado tema (la de Bing Crosby, Glenn Miller etc..) Sin embargo en aquellos años, 40 la más celebrada fue la del saxo alto Benny Carter y su orquesta en 1943:
En 1952, el hoy longevo y multipremiado grupo vocal blanco Four Freshmen obtiene uno de sus primeros éxitos con una versión muy cercana al espíritu Doo-wop:
Cuando Ahmad Jamal hizó aquellos dos conciertos en el Pershing Lounge de Chicago con sus inseparables Israel Crosby y Vernell Fournier, los días 16 y 17 de Enero de 1958, seguro que no sabía lo que se venía encima. El éxito del disco del But not for me, fue tan mayúsculo, tan inesperado -dos años en las listas de popularidad- que todavía no se lo han perdonado muchos de los que creen que el jazz debe ser producto para una "elite exclusiva", como tampoco le perdonaron a Dave Brubeck su éxito con Take Five, un año más tarde.
En realidad, Ahmad Jamal no hizo mas que confirmar en ese disco un estilo propio de tocar el piano en las antípodas del "horror vacui" del bebop. Esa forma de crear volumen musical con apenas unas pocas notas, una mirada impresionista desde el jazz, tendría una repercusión fundamental en la música de aquel tiempo y fundamentalmente en sus figuras señeras: Miles Davis y Bill Evans. Además su grupo le ofrecía un acompañamiento absolutamente novedoso que causó un auténtico terremoto entre las secciones rítmicas de la época.
En el terreno personal aquel disco le supuso a Jamal sustanciales beneficios en su trayectoria musical. Pudo montar su propio club y volcarse en grabaciones- especialmente en directo- obteniendo cierto popularidad en una época como los 60 durante la cual el jazz sufrió su más profunda crisis.
Poinciana ya era un standard universal aunque nunca más se pudo despegar de la huella que había colocado en su lomo el músico de Pittsburgh. A mi modo de ver, las versiones más interesantes que se han hecho desde entonces proceden del territorio del jazz latino a cargo de gente como Cal Tjader o Chucho Valdés:
Han pasado 52 años y Jamal sigue en plena actividad, demostrando su inquebrantable fortaleza musical. Desde entonces en cada uno de sus conciertos ha vuelto sonar Poinciana. Poderosa. Emocionante. Tan bella y frondosa como el árbol tropical del que deriva su nombre
Una obra maestra siempre renovada.
Cuando Ahmad Jamal hizó aquellos dos conciertos en el Pershing Lounge de Chicago con sus inseparables Israel Crosby y Vernell Fournier, los días 16 y 17 de Enero de 1958, seguro que no sabía lo que se venía encima. El éxito del disco del But not for me, fue tan mayúsculo, tan inesperado -dos años en las listas de popularidad- que todavía no se lo han perdonado muchos de los que creen que el jazz debe ser producto para una "elite exclusiva", como tampoco le perdonaron a Dave Brubeck su éxito con Take Five, un año más tarde.
En realidad, Ahmad Jamal no hizo mas que confirmar en ese disco un estilo propio de tocar el piano en las antípodas del "horror vacui" del bebop. Esa forma de crear volumen musical con apenas unas pocas notas, una mirada impresionista desde el jazz, tendría una repercusión fundamental en la música de aquel tiempo y fundamentalmente en sus figuras señeras: Miles Davis y Bill Evans. Además su grupo le ofrecía un acompañamiento absolutamente novedoso que causó un auténtico terremoto entre las secciones rítmicas de la época.
En el terreno personal aquel disco le supuso a Jamal sustanciales beneficios en su trayectoria musical. Pudo montar su propio club y volcarse en grabaciones- especialmente en directo- obteniendo cierto popularidad en una época como los 60 durante la cual el jazz sufrió su más profunda crisis.
Poinciana ya era un standard universal aunque nunca más se pudo despegar de la huella que había colocado en su lomo el músico de Pittsburgh. A mi modo de ver, las versiones más interesantes que se han hecho desde entonces proceden del territorio del jazz latino a cargo de gente como Cal Tjader o Chucho Valdés:
Han pasado 52 años y Jamal sigue en plena actividad, demostrando su inquebrantable fortaleza musical. Desde entonces en cada uno de sus conciertos ha vuelto sonar Poinciana. Poderosa. Emocionante. Tan bella y frondosa como el árbol tropical del que deriva su nombre
Una obra maestra siempre renovada.
Que maravilla de tema
ResponderEliminarDelicioso repaso musical. Como siempre.
ResponderEliminarPeeeero, y llámame tiquismiquis, se presta a dudas tu introducción. Poinciana no es Ave del paraíso sino pájaro rojo del Paraíso...
Gracias, Juan.
ResponderEliminarGracias, Borraeso. Quizás tengas razón en lo relativo a lo del nombre o quizás se puedan usar cualquiera de los dos. Yo saqué ese dato de Infojardín que es la web que consulto para el tema de plantas.
Hola Doctor !
ResponderEliminarotro fantastico post.. que informativo y bien documentado .. lo comparto en twitter y facebook !
un abrazo y jazzy greets
Jelou Doc,
ResponderEliminarsiempre me ha gustado Poinciana en manos de Ahmad Jamal. Verlo tocar en el vídeo último es una maravilla. Cada día toca mejor!
No sabía que poinciana era un árbol. Me gusta el cuadro impresionista que has puesto con su poinciana. A ver si vemos alguna esta primavera.
Un beso!
Dr.Krapp, cro que poco importa el nombre del ave, lo esencial es que Poinciana es un muy hermoso tema, también concuerdo contigo en que las mejores interpretaciones son aquellas que tienen un son más caribeño, la de Cal Tjader es muy buena.
ResponderEliminaruna coincidencia que este pasado fin de semana estuviera viendo un video de jamal-poinciana http://www.youtube.com/watch?v=Cp2UgfaQwTc
ResponderEliminarlos del festival de marciac me envian enlaces a videos que se publican del festival y despues de ver uno me aparecio este enlace y de alli fui pasando a otros mas de lo mismo. es un tema que me ha gustado siempre mucho. el primer disco que tuve de jamal "digital works" se abria con este tema. pronto corri a comprar sus discos clasicos.
Poinciana dejó de pertenecer a Nat Simon y Buddy Bernier cuando Jamal la interpreto apropiandose merecidamente de ese tema. Comparto contigo Doc en la sugerencia de la versión de Chucho, pero también me gusta mucho la versión de McCoy Tyner.
ResponderEliminarMenuda Ponciana la de Chucho Valdés
ResponderEliminar...que empiezas moviendo un poquillo un pie ...el mentón ...los hombros ...y el cuerpo te pide otro cuerpo(de baile)
Dr. Krapp, ya me lo he leído y escuchado todo, pero mejor dejo que te conteste Luis Antonio.
ResponderEliminarEl Jazz siempre ha tenido las dos vertientes. Puro fuego (como el Bop, aunque no lo definiría como Horror Vacui) o pura sensibilidad. El matiz que es la impronta de Jamal es un elemento indispensable, más que el swing, diría yo.
ResponderEliminarGracias, Juan Carlos, me alegro de que te haya gustado y que quieras difundirlo.
ResponderEliminarCreo que es un arbol más bien asiático aunque quien sabe y de Mdagascar, Esther. Yo nunca me canso de oír Poinciana en sus muchas versiones, en las muchas de Jamal que todavía sabe sacarle jugo al tema.
De acuerdo contigo, Hector, aunque es importante saber de donde proceden, lo único imprescindible es la música.
Artal, es curioso que siendo Youtube tan parco en algunas grabaciones musicales tenga a cambio tantas versiones del tema a cargo de Jamal. Eso habla de la fuerza del tema y de la imposibilidad de Jamal de desprenderse de él.
ResponderEliminarNo conozco la versión de MacCoy Tyner, Nico, intentaré localizarla, pero con ese intérprete siempre hay que esperar lo mejor.
Es que con su melodía lígera y casi silábica es un perpetua inviatción a un baile acompasado o así lo veo yo, Tesa.
Vale,Angie
Con lo de "horror vacui" no me refería al tono de la interpretación que puede ser como bien dices cálido, sentimental, frío etc... Me refiero a que los músicos boppers tienen que rellenar todo el espacio musical de notas y acordes diferentes sin darnos un tiempo de respiro. Huyen del silencio porque el bop en su tecnicismo exacerbado, es una manifestación de las capacidades del músico en un gesto individualista que les permita romper con la etapa anterior donde debía someterse a las rigideces orquestales y a aarreglos de los que no eran responsables. Pasados los años, cuando ya no hay esa necesidad de autoafirmación, Jamal, Monk o Miles Davis descubren que el silencio también es parte imprescindible de la interpretación.
ResponderEliminarCon lo de "horror vacui" no me refería al tono de la interpretación que puede ser como bien dices cálido, sentimental, frío etc... Me refiero a que los músicos boppers tienen que rellenar todo el espacio musical de notas y acordes diferentes sin darnos un tiempo de respiro. Huyen del silencio porque el bop en su tecnicismo exacerbado, es una manifestación de las capacidades del músico en un gesto individualista que les permita romper con la etapa anterior donde debía someterse a las rigideces orquestales y a aarreglos de los que no eran responsables. Pasados los años, cuando ya no hay esa necesidad de autoafirmación, Jamal, Monk o Miles Davis descubren que el silencio también es parte imprescindible de la interpretación.
ResponderEliminarHermoso tema, Doc. Y hermoso árbol. Lo que en República Dominicana y otros lugares llaman "flamboyán" es extraordinariamente parecido. ¿Es el mismo árbol? Bueno, si no, también es un árbol muy musical. Ya lo decía, entre otros, la gran Omara Portuondo:
ResponderEliminarAllí, donde te conocí, quiero verte otra vez
Allí, bajo aquel flamboyán, allí te esperaré...
Abrazos, Doc.
Quizá el asunto del bebop tenga que ver también con que en la historia de la música en general las épocas fluctúan casi estadísticamente entre énfasis en el material o énfasis en la forma...no estoy hablando de forma y contenido, sino de forma y material sonoro... aunque se que en lo profundo están absolutamente unidos, eso si...pero el bebop me resulta muy atractivo en cuanto a una tarea exhaustiva desde el "retorcimiento" del material sonoro desde la destreza del músico... y podemos seguir la conversación bajo el flamboyán, como dice Troglo, escuchando para adentro a Jamal, y el sonido de las hojas del hermoso árbol... sin llevar mp3, por supuesto!!!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUno de mis temas preferidos Doc. Lo he escuchado en casi todas las versiones que incluyes, pero nunca como en esta entrada.
ResponderEliminarCreo que es el mismo árbol, Troglo o por lo menos debe ser de la misma familia. Como se refleja en esos versos que canta Omara no deja de ser uno de esos símbolos vegetales que reflejan o resituan determinados estados emocionales.
ResponderEliminarAbrazos
Si lo piensas bien, Myriam, todo el jazz se basa en ese retorcimiento del material sonoro. Es cierto que el bebop lo convierte en su elemento constitutivo y primordial pero ya en las piezas primitivas del sonido de Nueva Orleans se modificaban las viejas marchas, los ragtime o los pasacalles. Buena idea lo de prescindir del MP3.
Muchas gracias, Armando. Solo diré en mi defensa que es la primera vez que lo pongo:)
claro que si, y nunca hay una cosa sin la otra... el tema de la materia sonora está referida más que nada al hecho de tomar deliberadamente "el sonido en si" como punto de partida, cosa que después también hace el free... después de debussy las cosas ya no fueron lo mismo, y los acordes pasaron a ser "materia sonora" usada deliberadamente... a esto me refería... y si, sin mp3 por favor...
ResponderEliminarFíjate como será eso que comentas de la importancia del material sonoro que hay músicos de jazz incapaces de leer una partitura, algo que si es habitual en la música pop -más en los cantantes lógicamente- se hace extraño en un género fundamentalmente instrumental como el jazz. Erroll Garner lo tocaba todo de oído y a Miles Davis le extrañó que un tipo como Jimmi Hendrix no entendiese lo que le comentaba sobre acordes hasta que se puso al piano y le dijo: me refiero a ésto y Jimmi al momento no solo lo entendió si no que lo reprodujo con su guitarra.
ResponderEliminarCreo que entre todos se ha dado un buen repaso al tema y, de paso, a la teoría del bebop y otras formas. Me limito a una versión Michel Camilo en trío en el album Thru my eyes, como con chucho te vas moviendo poco a poco y al final bailas con todo el cuerpo. Te queda la melodía en la cabeza durante minutos (¿horas?)
ResponderEliminarbueno, Hendrix era un maestro a la hora del "sonoido en si"... he leído reportajes a los técnicos de Apple en donde comentaban que Jimmi les decía: quiero que esto suene como bajo el agua y cosas así... y los tipos tuvieron que inventar procedimientos porque el tipo sabía lo que quería...estaba muy en su época...
ResponderEliminary también no cuesta nada aclarar que de alguna manera, debussy enmpezo a usar los acordes por cómo sonaban más que por hacia dónde llevaban...
ResponderEliminarMe refería al texto y comentarios que de alguna manera estarán presentes la próxima vez que escuche poinciana (de hecho ya lo estoy haciendo ahora)
ResponderEliminarEn este espacio encuentro con mucha frecuencia novedades musicales - y hasta botánicas, como en este caso- que amplian mis horizontes.
ResponderEliminarMuchas gracias, otra vez, por la propuesta en todo su conjunto
Aquí lo tienes tocando el tema en una versión en directo, Dizzy y nada menos que el teatro de Epidauro. http://www.youtube.com/watch?v=olypzyQ4DG4
ResponderEliminarEs curioso como los diversos intérpretes introducen el tema de forma tan diferente.
Debussy es una de las claves de sol de la música comtemporánea, Myriam.
Ahh esp si que no, Armando, es mejor la música sin prejuicios para disfrutarla en todo su esplendor.
ResponderEliminarGracias a ti por considerarlas, Luis, aunque hace mucho tiempo que esta pieza a alcanzado cierto grado de inmortalidad.
Fascinante canción! Una versión que siempre me ha gustado especialmente es la que Manhattan Transfer hicieron para su sensacional disco "Coming Out" (1976).
ResponderEliminarInteresante versión dentro del estilo que les caracteriza. Saludos
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